Los contratiempos en las entregas de las dosis de la vacuna de la covid-19 por parte de las compañías farmacéuticas está siendo más habitual de lo deseado desde el pasado mes de enero. Pfizer-BioNtech, AztraZeneca y Moderna, las tres empresas que suministran las dosis que llegan a España, han comunicado en diversos momentos tanto retrasos en el reparto de su compuesto como reducciones en las cantidades.

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El foco, en los últimos tiempos, se ha puesto sobre Moderna, que ha escatimado hasta 28.000 dosis en los cuatro envíos que ha realizado. Solo en el último han sido 4.400. 

En concreto, la compañía estadounidense ha entregado hasta la fecha 387.600 dosis a las diferentes comunidades autónomas, según refleja el informe de vacunación de 4 de marzo que elabora el Ministerio de Sanidad. Sin embargo, el Gobierno había anunciado que llegarían 415.600 dosis en los envíos del 12 de enero (35.700), 31 de enero (52.000), 7 de febrero (127.900) y 26 de febrero (200.000).

"El desfase se debe a que Moderna comunicó ajustes en las entregas de febrero, con respecto a las previsiones que se habían hecho públicas en enero. Esto obedece a un menor rendimiento en la planta de producción de sustancia activa", explican a 20minutos desde Sanidad, que confirma que "este ajuste se irá compensando a lo largo de marzo". 

Las mismas fuentes precisan que "esta variabilidad en el rendimiento entre plantas de producción e incluso entre lotes en la misma planta es posible y se debe a la complejidad inherente a estos procesos biotecnológicos".

Con ARN mensajero y se administra en dos dosis 

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) autorizó el pasado 6 de enero la vacuna contra la Covid de Moderna. El compuesto de la compañía estadounidense, que se administra en dos dosis y almacena a -20 grados, se basa en una innovadora tecnología basada en la administración, en lugar de una versión menor del coronavirus, de la molécula ARN mensajero, forzando a las células del organismo a producir una proteína del virus inofensiva por sí misma. 

Así, se logra una respuesta más potente por parte del sistema inmunitario y se evitan los riesgos de introducir un patógeno, aunque esté debilitado, en el organismo. La vacuna de Pfizer también utiliza la molécula ARN mensajero.