La obra parte de la necesidad del ser humano de volver al origen; "de volver al cuerpo, cuando está al límite de su existencia y clama por sobrevivir, superando, de esta manera, el envoltorio de la realidad", explica la Junta en un comunicado.

El coreógrafo retoma las ideas esenciales de la pieza que creó en 2016 y presentó en el Central un año después, para el Ballet de Lorraine, 'Le Surréalisme au service de la Révolution', a partir de la figura de Buñuel y la Calanda medieval junto al París cosmopolita. En 'Sonoma' se amplía y "se desarrolla todo este microcosmos, en el que el cineasta describe el abismo donde cae la imaginación humana, que es libre, pero el hombre no lo es".

'Sonoma' significa valle de la luna, en lengua indígena. "Según el mito, la luna viene a acurrucarse en sus llanuras cada noche. Y allí los gritos, los alaridos y las detonaciones de los tambores conforman un pulso hipnótico, como el de una nana infantil que, lejos de sobre estimularnos, nos acompaña y nos calma".

Esta pieza es entonces el grito del hombre al límite de su existencia; "el pulso de la humanidad por sobrevivir aunque sea al límite de la realidad o, por encima de ella". 'Sonoma' sabe a ancestros y a tradición, a tribu y a aquelarre. Se trata de un espectáculo coral, sugerente, completo y complejo. "Una propuesta de gran formato que va más allá de la danza para generar una experiencia global".

Marcos Morau fundó La Veronal en el año 2005 y desde entonces se ha posicionado como creador indispensable en el panorama coreográfico internacional y ha recibido muchos galardones, como el Premio Nacional de Danza 2013 del Ministerio. Con numerosos espectáculos en su trayectoria, Morau ha hecho coreografías para reconocidas compañías, con obras como 'Carmen' para el Royal Danish Ballet, 'Cathedral' para Scapino Ballet Rotterdam, 'Edvard' para Carte Blanche y 'Nippon-Koku' para la Compañía Nacional de Danza, entre otras.