Miguel Poveda regresará a los escenarios el próximo 10 de abril, y lo hará subiendo al del Teatro Coliseum de Madrid con un espectáculo repleto de flamenco. Además, ha garantizado que será un concierto muy especial y que contará con canciones inéditas que compuso durante los meses de confinamiento para agradecer la labor de los sanitarios durante los meses más duros de la pandemia.

Este periodo lo pasó junto a su hijo Ángel, de cinco años y que nació en California gracias a un vientre de alquiler, a quien adora. "El confinamiento con mi hijo ha sido mágico. Realmente, yo me he conectado a él y él a mí, ahora tenemos un vínculo muy fuerte", afirmaba el cantante.

Durante estos meses tan complicados, según ha comentado el artista, solo se tuvieron el uno al otro y, así, estrecharon sus lazos al compartir tantos momentos y planes. Cómodo en su papel de padre, Poveda se dedicó "en cuerpo y alma" al pequeño.

"Los niños tienen esa virtud que nosotros hemos perdido cuando nos hacemos mayores que es la inocencia, el no ver las cosas desde la maldad si no que él sabe que hay que cuidarse, hay que protegerse y ya tiene ese compromiso con el ser humano", ha comentado el intérprete sobre su hijo y la inocente visión de los niños del mundo que les rodea.

Además, Poveda ha afirmado que el pequeño se siente muy mal cuando observa algunas injusticias en la televisión, como el bullying o el racismo: "Él me enseña a ver la vida con un objetivo y un plan mucho menos contaminado, mucho más puro, y ese regalo yo se lo debo al universo".

Se trata, según el cantaor, de una admiración recíproca, pues el pequeño también se deshace en elogios con su padre: "Me dice cosas que son alucinantes como: eres el rey de los artistas, te amo con todas las fuerzas del universo... Es muy cariñoso, muy bonito, sabe mi profesión y yo charlo con él como si fuera un adulto".