Sus hoteles y rascacielos están por todos los lugares del mundo, pero su alma alicantina ha llevado a Roberto Pérez Guerras ha construir la torre residencial más alta de Europa en Benidorm.

¿En qué se inspiró para crear este edificio?

La creación se basó en el espacio que ocupa. Me gusta ver el terreno varias veces y situarme, a la vez que busco puntos para verlo desde lejos. Me llamó al atención cómo se veía la isla de Benidorm, las gaviotas... y estos elementos han formado parte.

¿Afecta la crisis a esta casa?

Las ventas siguen, y el promotor no se ha echado atrás, como otros. Se vende uno cada 30 o 40 días, y el diseño facilita las ventas.

¿Qué tipo de cliente compra todavía en la Comunitat?

Las ventas tradicionalmente han ido a parar a extranjeros; aquí no se hacen casas para los valencianos, sino para toda Europa. También del centro y norte de España.

¿Alicante es una ciudad fea? ¿Cómo la mejoraría usted?

Alicante es una ciudad bonita pero dura, porque muchas calles tienen estrés. Es cómoda, pero se puede mejorar. Habría que analizarla barrio por barrio, para que haya más zonas verdes, menos coches por las calles con edificios-aparcamiento... Estaría muy bien que los alumnos de Arquitectura se ocuparan de embellecerla.

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