Los decesos diarios a causa de la Covid-19 se cuentan por centenares, por miles cada mes. El pasado viernes, el Ministerio de Sanidad registró 329 nuevos fallecidos en 24 horas, lo que hizo que el mes de febrero, pese a ser uno de los más cortos (28 días), también haya sido uno de los más letales de toda la pandemia, con 10.061 víctimas mortales registradas hasta ese día.

Este lunes  se sabrá cuántos más se añadirán a ese cómputo ya que durante el fin de semana no se aportan datos al respecto.  El día natural más mortífero del mes fue el martes 2, con 724 decesos en 24 horas; hasta 909 se alcanzaron el fin de semana siguiente, en 3 días.

Es por ello que el mes de febrero solo ha sido superado en letalidad por abril, que acumuló 15.490 muertes cuando la Covid-19 estaba totalmente descontrolada en España y no se sabía siquiera cómo iban a ser las vacunas, qué laboratorios las iban a fabricar ni cuándo iban a llegar. Ahora, la esperanza está justo en ellas.

Un año de los últimos días de vieja normalidad

Y es que, si algo caracteriza a esta pandemia –además de su facilidad de contagio– es su letalidad, sobre todo en personas mayores y con patologías previas; aunque también ha habido algunos casos en los que jóvenes que no eran a priori de riesgo lo han pasado verdaderamente mal, hasta llegar a fallecer. Esto se vivió con más crudeza durante la primera ola. Con los hospitales colapsados, las funerarias sin capacidad de reacción y morgues improvisadas en pistas de patinaje. Pero también, aunque de una forma menos drástica, se ha vivido ahora, con la tercera. 

Es cierto que España está consiguiendo doblegar la curva, que la reducción de las cifras de contagios e incidencia está siendo "muy rápida" –como explicó la pasada semana el director del Ccaes, Fernando Simón– y los hospitales están aliviando poco a poco su presión; pero también que los datos de fallecidos que el Ministerio de Sanidad comunica cada día, aunque empiezan a descender levemente, siguen siendo extremadamente altos.

Ya hay tres vacunas aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento (Pfizer/BioNTech, Moderna y AstraZeneca) y otra está a punto de aprobarse (Janssen).

 Gracias a ello, en España ya se ha inmunizado a los usuarios de las residencias de ancianos –uno de los colectivos más vulnerables– prácticamente en su totalidad, así como los sanitarios que están en la primera línea de lucha contra el virus. El resto del personal sanitario, policías, militares, bomberos o docentes están empezando a recibir sus dosis; también los mayores de 80 años no residentes, y pronto se les administrarán a quienes sufran alguna otra enfermedad de riesgo previa.

Lo que hemos aprendido y lo que sigue siendo una incógnita tras un año de pandemia del coronavirus

No obstante, la campaña de vacunación está yendo más lenta de lo esperado por la llegada a cuenta gotas de los viales. Hasta el pasado viernes, en España solo se ha inmunizado completamente al 2,6% de su población. Hay 1.243.783 personas que ya han recibido la pauta completa de las correspondientes vacunas, de las 47.329.981 (según datos del INE del año 2020) que residen en el país. Asciende hasta el 4,66% si también contabilizamos los que han recibido ya la primera dosis. En total, a España han llegado 4.508.845 vacunas, de las que 3.605.635 se habían suministrado hasta el viernes.

Estos datos no llegan, ni de lejos, al 70% de la población que tiene que estar vacunada para alcanzar la inmunidad de rebaño, que el Gobierno pretende alcanzar este verano. A la espera de la actualización de los datos que se hará esta tarde, en España se han contagiado oficialmente 3.188.553 personas y han fallecido 69.142 desde marzo de 2020, hace justo un año, cuando el coronavirus dio un vuelco a la realidad