Se veía venir desde hace días y este miércoles se confirmó: PSOE y Unidas Podemos incumplirán los plazos que pactaron en octubre y no tendrán lista la ley de vivienda en febrero, como prometieron. Así lo confirmaron fuentes de ambos partidos tras la reunión que mantuvieron este miércoles, un encuentro que volvió a terminar sin prácticamente avances y del que los morados volvieron a salir enfadados porque entienden que los socialistas son los culpables del retraso por no querer cumplir el pacto para limitar el precio de los alquileres.

PSOE y Unidas Podemos volvieron a reunirse para intentar desbloquear un texto cuya negociación lleva semanas estancada, pero el resultado fue el mismo que el del martes: escasos progresos. El Ministerio de Transportes de José Luis Ábalos ni siquiera llevó al encuentro un borrador sobre el que trabajar, algo que molestó mucho a Unidas Podemos, que insiste en que los socialistas no han ofrecido una alternativa clara y por escrito a las propuestas que les hicieron llegar hace semanas. El PSOE, por su parte, considera que la mejor vía para conseguir un acuerdo es pactar primero las líneas básicas con Unidas Podemos y, solo entonces, poner las medidas negro sobre blanco.

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Fuentes moradas también se muestran irritadas por el nuevo retraso en la presentación de la ley de vivienda, y exigen que se apruebe un texto "con urgencia". En principio, la norma tenía que haber sido aprobada en Consejo de Ministros en enero y llevada al Congreso este mes de febrero, y por ello Unidas Podemos critica que "este nuevo plazo" –marzo, como pronto– está "muy alejado de aquel al que los socios se comprometieron en el acuerdo de Presupuestos".

Los morados culpan de la falta de avances a "las resistencias del PSOE a cumplir el acuerdo de Gobierno, especialmente en lo referido a la regulación de los precios del alquiler". Las posiciones apenas se han movido: mientras el PSOE interpreta que el acuerdo firmado en octubre deja la puerta abierta a establecer únicamente exenciones de impuestos a los propietarios que alquilen sus pisos por debajo de un determinado precio, Unidas Podemos recuerda que el "mecanismo" que se pactó es el que permitiría a comunidades y ayuntamientos determinar zonas donde los precios hubieran subido demasiado para, allí, poder limitarlos.

Concretamente, en dicho acuerdo ambas fuerzas se comprometían a "articular mecanismos básicos" para que las comunidades pudieran determinar zonas de mercado "tensionado" allí donde el alquiler hubiera experimentado "un incremento abusivo y sostenido". En dichas zonas, la ley debía contemplar el establecimiento de "mecanismos de contención o, eventualmente, bajada de los precios". Y "en todo caso", señalaba igualmente el acuerdo, "se contendrán las subidas injustificadas en los nuevos arrendamientos, tomando como referencia el precio del contrato del arrendamiento anterior".

Las conversaciones seguirán la semana que viene

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Aunque ese es el desencuentro principal, tampoco hay acuerdo en materia de endurecimiento de los desahucios o salida al mercado de las viviendas vacías. Los morados han propuesto prohibir todos los desahucios de familias vulnerables que fueran a quedarse en la calle, y también obligar a los grandes propietariosa destinar el 30% de sus pisos a alquiler social.

El PSOE rechaza especialmente la segunda de esas medidas, ya que entiende que supondría vulnerar el derecho de los grandes propietarios a gestionar como consideren su propiedad privada, lo que –plantea el partido– abriría incluso la puerta a que bancos y fondos recurrieran la ley. Los socialistas apuestan por incrementar la oferta de vivienda social construyendo para ampliar el parque inmobiliario. Pero esa solución es a medio y largo plazo, y el PSOE no ha planteado una solución alternativa a la de Unidas Podemos para incrementar la oferta de pisos sociales en el corto plazo.

Así las cosas, los equipos retomarán la negociación la semana que viene, cuando también está prevista una reunión entre el presidente Pedro Sánchez y el vicepresidente Pablo Iglesias. En público, Sánchez asegura que los socios alcanzarán un "consenso". Pero en privado, todo el mundo reconoce que las posiciones son, hoy por hoy, muy lejanas