Esta visita se fijó tras la reunión celebrada entre la presidenta de la CHE y miembros de ANSAR, el Centro Ibérico de Restauración Fluvial, SEO BirdLife y Amigos de La Tierra-Aragón, que habían solicitado información sobre este tipo de intervenciones, destinadas a reducir el riesgo de inundación en el tramo medio del Ebro, ha informado la Confederación en una nota de prensa.

Las actuaciones en estos sotos se ejecutaron en los últimos años, como otras 32 de este mismo tipo en el tramo medio, con los informes ambientales favorables de las Administraciones competentes, en este caso, del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental.

Durante la visita, se ha corroborado la mejora ambiental y para la biodiversidad de los ecosistemas que suponen estas actuaciones. No obstante, se ha puesto de manifiesto el incremento de la presencia antrópica incontrolada dentro de los sotos, que puede ser una consecuencia no deseada.

Por eso, se han manifestado la necesidad de adoptar medidas que eviten en lo posible estas afecciones en el futuro, como la instalación de elementos lo más naturalizados posibles para evitar la entrada de vehículos, entre otras, han apuntado las citadas fuentes.

RECUPERACIÓN DE ANTIGUOS CAUCES

Las intervenciones bajo la denominación de 'curages' consisten en permeabilizar grandes masas de sedimentos vegetadas que suponen obstrucciones importantes al paso de la corriente, para mejorar la capacidad de desagüe y reducir la exposición a la inundación de núcleos ribereños.

Para ello, se realiza la apertura de antiguos ramales, o paleocauces, de poca anchura mediante actuaciones de pequeña entidad, mejorando la fluencia de caudal a través de la conexión de las secciones de río en sotos, mejanas e islas.

Las acciones se adecuan así como herramienta de gestión del paisaje y la biodiversidad ya que recupera la llegada de agua a los sotos, en la mayoría de los casos descolgados del cauce principal, lo que supone una disminución de la biodiversidad y la reducción del riesgo de inundación, han indicado desde la CHE.