La incidencia de la Covid-19 cae más rápido en los países más ricos

  • Suprimir la difusión del virus mediante confinamientos es más difícil de implementar en países más pobres.
Las ventanas de un edificio lucen en la tarde del viernes en Berlín.
Las ventanas de un edificio lucen en la tarde de Berlín durante el último confinamiento.
FILIP SINGER / EFE
Las ventanas de un edificio lucen en la tarde del viernes en Berlín.

La pandemia ha golpeado con especial virulencia en las zonas más desarrolladas del planeta, como Europa o Norteamérica, debido al envejecimiento de su población.

Sin embargo, ha sido en estos países donde se ha conseguido hacer bajar a mayor velocidad la incidencia de la Covid-19, según señala un estudio publicado en la revista Frontiers in Public Health.

“Nuestro estudio ha encontrado una fuerte correlación negativa entre el número de casos y el PIB per cápita”, declara Shahina Pardhan, autora principal del estudio y profesora de la Escuela de Medicina de la Anglia Ruskin University, Reino Unido.

“Esto no se debe potencialmente solo a la capacidad de los países más ricos para gastar más en sanidad y prevención, sino que es posible que suprimir la difusión del virus mediante confinamientos sea más difícil de implementar en países más pobres con un mayor número de personas trabajando en sectores donde se requiere trabajo manual”, añade Pardhan.

El estudio examinó indicadores económicos en 38 países europeos, como el Producto Interior Bruto, la esperanza de vida y el gasto público durante un periodo de dos meses que correspondió con el final de la primera ola de la pandemia en el continente, entre el 1 de abril y el 31 de mayo de 2020.

El país con el mayor PIB per cápita de Europa, Luxemburgo, resultó ser el país con el menor número de nuevos casos en el periodo mientras que todo lo contrario ocurrió en países con el PIB per cápita más bajo, como Ucrania, Bulgaria y Rumanía.

En las conclusiones del artículo, los investigadores proponen que el rendimiento económico de un determinado país debería ser una prioridad sanitaria “crítica” para los políticos.

“Está bien documentado en la literatura académica que existe una relación bidireccional entre el rendimiento económico de un país y que exista una buena situación sanitaria debido al hecho de que la salud puede impulsar a la economía”, concluye el artículo.

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