Alertan del aumento de casos de violencia filio-parental durante la pandemia

Una mujer trata de defenderse en una imagen alusiva a los malos tratos.
Una mujer trata de defenderse en una imagen alusiva a los malos tratos.
GTRES
Una mujer trata de defenderse en una imagen alusiva a los malos tratos.

La pandemia de Covid-19 ha provocado que aumenten los casos de jóvenes que ejercen violencia sobre sus padres y, en algunas ocasiones, que se agraven los trastornos mentales que padecían los adolescentes, "muy dañados emocionalmente", tal y como alerta el psicólogo y pedagogo Javier Urra.

La crisis sanitaria ha ocasionado que los jóvenes tengan menor relación con sus amigos, que vivan una situación de desesperanza al no aceptar la situación de la pandemia o que adquieran un pensamiento de "vivir el hoy" que les lleva al consumo excesivo de alcohol y drogas, explica el que fue Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid.

A la presión del entorno, muy marcado por la ansiedad ante la perspectiva de que se muera un ser querido o de que empeore la situación profesional, se suma que la sociedad culpa a los jóvenes del aumento de contagios, lo que causa efectos "muy negativos" sobre este grupo, ha explicado Urra.

En algunos casos empeoran los problemas de salud mental que muchos ya sufrían previamente, como trastornos de personalidad, obsesivos-compulsivos o hiperactividad, y ciertos jóvenes, incluso, han visto cómo los tratamientos que seguían se han paralizado o encuentran muchas dificultades para continuarlos.

El centro privado Recurra Ginso, dirigido por Urra y especializado en la salud mental de niños y jóvenes, ha analizado su experiencia de diez años en casos de violencia de hijos menores sobre sus padres y ha comprobado que el acoso escolar es uno de los principales detonantes de este tipo de comportamientos.

Urra destaca que el 52 % de los chicos que atienden en el centro ha sufrido acoso y no se "atreve a enfrentarse a su agresor", lo que provoca que ejerzan violencia contra sus progenitores, en especial la madre; esta situación puede derivar también en posibles casos de violencia machista con sus futuras parejas.

La edad a la que comienzan a manifestar indicios de esta problemática es a los cinco años y va creciendo y desarrollándose hasta los 15 o 16, "cuando los problemas desbordan la capacidad de contención de los padres", recoge el informe.

La asociación ha tratado en los últimos diez años 1.808 casos, donde el 60 % lo representan los varones frente al 40 % de chicas, siendo más habitual en ellas la violencia emocional.

Entre las causas de la aparición de violencia filio-parental, el centro destaca el no poner límites y el sobreproteger, el sentimiento de culpabilidad en los progenitores o el consumo de alcohol y drogas. Y es que el 40 % de los jóvenes a los que atienden, destaca Urra, consumen marihuana.

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