El personal dependiente de Política Social recurre a la valedora por la negativa de la conselleira a aceptar una reunión

El personal de servicios dependientes de la Consellería de Política Social ha solicitado formalmente la intermediación de la valedora do Pobo, María Dolores Fernández Galiño, ante la negativa de la conselleira del ramo, Fabiola García, a reunirse con el colectivo para abordar mejoras en las condiciones laborales.

Los trabajadores suman ya 30 semanas de movilizaciones a las puertas de las residencias y centros de titularidad autonómica sin que la Consellería que encabeza García haya atendido la solicitud de mantener un encuentro directo.

Ante la falta de respuesta, el comité intercentros del personal laboral de la Xunta ha registrado este miércoles una petición formal ante el Valedor do Pobo para solicitar su intermediación ante lo que tachan de "ninguneo" hacia los trabajadores que "mantuvieron en pie" las residencias de mayores durante la crisis sanitaria provocada por la pandemia.

"Se está ninguneando a todo el personal de atención directa después de estos tiempos tan difíciles. Fuimos los trabajadores los que mantuvimos en pie todo el sistema de servicios sociales de Galicia porque estuvimos no sólo en los centros propios de la consellería, sino que estuvimos y estamos interviniendo en centros privados", ha asegurado el presidente del comité intercentros, Manuel Gallardo, en declaraciones a Europa Press a las puertas del Alto Comisionado del Parlamento.

Tras censurar que la Administración autonómica "agradezca" el esfuerzo de los trabajadores durante la pandmeia "sin" recibirlos, Gallardo ha puesto el acento en que desde el año 2012 los empleados dependientes de Política Social no tienen compensación alguna por trabajar en domingos y festivos. "Se da la paradoja que, cuando se está interviniendo en residencias privadas, el personal de estas residencias sí las tienen", ha añadido.

Para el comité, esta ausencia de compensaciones, que los lleva a "trabajar gratis en fin de año o el 25 de julio", supone "una vergüenza" y un hecho "impresentable" que, ahora, se suma a la negativa de recibir a los trabajadores para negociar mejoras.

Por su parte, la representante de CSIF en el comité, Mari Carmen Piñeiro, ha incidido en la necesidad de que la conselleira accede a recibir a los trabajadores y escuchar sus demandas de un colectivo compuesto mayoritariamente por mujeres que precisan medidas de conciliación.

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