Jean de Orleans, "heredero" de la monarquía francesa, reclama un millón de euros y parte del patrimonio histórico

  • El conde de París ha denunciado a una fundación estatal.
Jean de Orleans, conde de París, en 2020.
Jean de Orleans, conde de París, en 2020.
Niviere David/ABACAPRESS.COM/GTRES
Jean de Orleans, conde de París, en 2020.

No es precisamente Francia el mejor país para ser monárquico, recordando cómo acabó allí la corona, pero ello no ha restado un ápice de impulso a Jean de Orleans, conde de París, para embarcarse en una reclamación que le devuelva hasta cinco bienes inmuebles y se le indemnice con un millón de euros, según ha podido saber el periódico Le Parisien.

El aristócrata, que se presenta como el heredero de la antigua monarquía gala (es descendiente de uno de los hermanos de Luis XVI) ha interpuesto una demanda judicial contra una fundación a cargo del estado en la que exige la devolución a su nombre de diversos monumentos de gran valor histórico para el país vecino como son la capilla real de Dreux, de estilo neogótico y donde se halla la necrópolis de los miembros de su familia, el linaje de Orleans, o el castillo de Amboise, tal y como ha informado Vanitatis.

Todas estas posesiones, que forman parte del gran acervo cultural francés, nunca pertenecieron al conde de París, pero, explica su abogado, él se considera "su heredero", por lo que entiende que este patrimonio le corresponde. Y esta no es la primera vez que Jean de Orleans, quien está emparentado con la familia de los Borbones, acude a la justicia.

El conde ha denunciado ante el Tribunal de Gran Instancia de París a la Fundación Saint-Louis, que fue creada por su abuelo. Se trata de un organismo público que actúa bajo la tutela del Ministerio de Interior y entre cuyas funciones estaría la de gestionar la herencia de Luis Felipe de Orleans, el último rey francés, que ostentó la corona desde el año 1830 al 1848. Ese mismo año, por cierto, el Estado se apropió del castillo de Ambroise, uno de los más emblemáticos del Loira.

Lo más curioso es que Jean de Orleans es quien preside de forma honorífica esta fundación, pero sus desencuentros con la dirección y su comité han sido continuados, lo que llegó a uno de sus puntos más álgidos cuando, el pasado septiembre, tanto el conde como su familia (está casado con la dama austriaca Filomena de Tornos y Steinhart y tiene cinco hijos) hicieron las maletas y se marcharon de la casa Phildor, sita en una finca real en Dreux, una localidad al oeste de la capital.

Y es que el conde se tomó con una ofensa que, tras haber vivido desde 2011 allí de manera gratuita, los directivos de la fundación creyesen adecuado regular la situación mediante un contrato de alquiler, algo a lo que se opuso tajantemente: "Ni un exilio ni una huida. Es sencillamente poner a mi familia a resguardo durante el tiempo necesario para arreglar esto", explicó al medio local L'Echo Republicain, un medio cuyo nombre no deja de ser irónico en esta ecuación.

Ha tardado algo más de cuatro meses en buscar la vendetta de la denuncia, y está previsto que las vistas comiencen en mayo, pero la familia Orleans ya tiene sus tablas en recurrir a la ley, que de hecho les dio la razón en 2014 después de más de diez años de litigio.

En ese aquella sentencia, la justicia francesa les otorgó la propiedad de "los bienes históricos del tesoro de los reyes de Francia", algo que no dudaron en subastar a través de la casa Sotheby's, amansando con las ventas de cerca de 200 pinturas, mobiliario y diversos objetos alrededor de 6,2 millones de euros.

Tal y como explican desde el portal de El Confidencial, "los Orleans son prácticamente unos don nadie en la Francia actual". En otra ironía del destino, Henri de Orleans, el padre de Jean, falleció en enero de 2019, el día 21, misma fecha en que fue guillotinado en la plaza de la Concordia su antepasado Luis XVI en 1793. Al entierro acudió, de hecho, la reina Sofía.

Desde entonces ostenta el título, más nostálgico que otra cosa, de "heredero legítimo" el citado Jean de Orleans, al que a veces se han referido como Luis XX, pero los franceses que actualmente están a favor de la monarquía son muy escasos y aunque se han organizado en grupos políticos no tienen ninguna representación en las instituciones.

El propio conde de París es alguien con nulo tirón mediático entre sus compatriotas, no solo por lo que puedan decir de él sus redes sociales (no llega a los 2.300 seguidores en Instagram y 580 suscriptores en un recién iniciado canal de Youtube) sino porque su influencia real es muy escasa y solo acaba siendo noticia por sus luchas crematísticas.

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