Cómo acompañar a un empleado con cáncer en el nuevo contexto laboral

  • En una crisis sanitaria, son más proclives a sufrir ansiedad, estrés o depresión.
Oficina De Trabajadores.
Trabajadores de la oficina de una empresa.
EUROPA PRESS
Oficina De Trabajadores.

La pandemia causada por la COVID-19 también está provocando graves consecuencias en la salud mental de las personas. Les puede estar pasando a las que no trabajan y también a las que, pese a todo, mantienen su puesto de trabajo.

Un caso muy específico es el de los empleados con una enfermedad y, concretamente, con cáncer. Al propio desafío de padecer una enfermedad de esta magnitud, estos pacientes se enfrentan ahora mismo a otros dos acontecimientos de alto impacto psicológico: una pandemia y la necesidad de tener que acomodarse a una situación totalmente desconocida, marcada por el cambio constante.

¿Cómo puede ayudar la empresa a estas personas en el nuevo entorno laboral? Cigna España y MD Anderson Cancer Center Madrid han elaborado la guía 'Un nuevo escenario: El cáncer en la empresa ante la COVID-19. Decálogo para el acompañamiento del empleado con cáncer desde las organizaciones'.

Se trata de un decálogo compuesto por consejos prácticos dirigidos a profesionales de Recursos Humanos y responsables de la gestión de equipos para apoyar, desde el seno de la empresa, a trabajadores afectados por un cáncer a adaptarse al actual escenario laboral, social y sanitario.

Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), casi el 40% de los españoles con patologías oncológicas tiene entre 15 y 65 años (solo 3,4% tiene entre 15 y 39 años), por lo que los departamentos de Recursos Humanos o los servicios médicos laborales juegan un rol central a la hora de impulsar políticas y programas que apoyen a empleados en esta situación.

¿Qué variables afectan al bienestar emocional?

La vivencia de una crisis sanitaria sin precedentes convierte a estos pacientes en un grupo especialmente proclive a sufrir trastornos como la ansiedad, el estrés o la depresión, dado que ésta se produce cuando el paciente atraviesa un proceso oncológico, un hecho que por sí mismo supone un factor de riesgo para la salud emocional.

Prueba de ello son los resultados de un estudio de la AECC del pasado abril, que ponía de manifiesto que las personas con patologías oncológicas se mostraban mucho más preocupadas por la pandemia que la población española en general (67% vs 59%), y que una de cada tres reconocía tener ansiedad o depresión a causa del confinamiento.

En este sentido, es importante tener en cuenta que estas personas, además de tener que adaptarse como el resto a cambios como el auge del teletrabajo o la reducción de las relaciones sociales, deben afrontar varios desafíos particulares, relacionados directamente con su enfermedad.

Al margen del impacto que la pandemia ha tenido en la atención sanitaria que reciben estos pacientes, el principal reto a afrontar por muchas de estas personas es un acentuado miedo al contagio, al tratarse de un grupo de riesgo.

Estas son algunas de la propuestas que recoge la guía elaborada por Cigna y MD Anderson para acompañar a un empleado con cáncer:

  • Realizar un seguimiento constante del empleado para saber cómo está y qué necesita.
  • Analizar los riesgos relacionados con su salud y bienestar, y ofrecerle los recursos necesarios.
  • Impulsar iniciativas enfocadas en la salud emocional para aprender a gestionar la incertidumbre.
  • Prestar mayor atención a la conciliación y la flexibilidad laboral.
  • Mantener abiertos los máximos canales de comunicación posibles entre trabajadores.
  • Reforzar el desarrollo profesional de estas personas: no perder de vista sus metas laborales.
  • Mantener o crear acciones internas de concienciación sobre el cáncer.
  • Redefinir el protocolo de actuación para adaptarlo al entorno laboral actual.
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