La situación de sequía que viene padeciendo el parque nacional en los últimos años, en los que prácticamente mantiene inundadas 18 hectáreas de las 1.750 que potencialmente lo pueden estar, es una de las principales causas del descenso que ha registrado el parque en cuanto al número de visitas.

De hecho, el mantenido de esta pequeña zona inundada se debe a los aportes externos de agua que recibe a través de dos pozos de emergencia abiertos para la ocasión, ya que las precipitaciones meteorológicas han favorecido los aportes naturales de los ríos Gigüela y Guadiana, ni las condiciones del acuífero 23 han ayudado a nutrir de agua la Reserva de la Biosfera.

Además, desde 2007 el parque nacional no ha recibido ningún trasvase de agua procedente del acueducto Tajo-Segura, pese a que el Patronato Rector que se encarga de velar por su gestión lo ha reclamado en numerosas ocasiones para mantener la biodiversidad de este espacio natural.

Visitas al parque

El mayor número de visitas a lo largo de 2008 se registró durante marzo, mes en el que se recibieron 14.907 visitantes, al coincidir con las pasadas vacaciones de Semana Santa. Según el Organismo Autónomo Parques Nacionales, el visitante puede asistir en esta época del año a los vuelos nupciales de los patos, o a la observación de aguiluchos laguneros, fumareles, avocetas, archibebes, chorlitejos, cigüeñuelas y carriceros, entre otras muchas aves.

También es un buen momento para observar los anfibios y reptiles, que se dejan oír en el parque al atardecer. El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel se encuentra en el centro de la Llanura Manchega, en la provincia de Ciudad Real, a los pies de los Montes de Toledo. El origen de Las Tablas es el resultado de la unión de las aguas del Gigüela y el Guadiana, con desbordamientos que originan encharcamientos debido a la escasez de desniveles en el terreno.

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