
Telecinco empezó su semana con el debate de La isla de las tentaciones 3. La bautizada como noche de los besos -por los novios que cayeron en la tentación- ocupó casi todo el programa. Pero hubo más: los jóvenes recibieron artilugios de sus novias.
Y es que, al final de la entrega, se vieron unas imágenes en las que Sandra Barneda les enseñaba a los chicos algunos objetos de sus parejas para ver su reacción. En el caso de Manuel, a este le entregaron las pertenencias que tiró Lucía a la hoguera en la gala anterior.
Y es que, la joven mostró un desprecio tal al ver la doble infidelidad que había cometido su novio que, impulsivamente, arrojó los anillos y pulseras que llevaba de él a las llamas, al igual que ocurrió en la edición anterior con Rosito, tras decir que ella no quería "porquería en su cuerpo".
Al recibir Manuel las joyas, se emocionó y no dudó un segundo en que pertenecían a su novia. Según explicó, cada regalo se lo había hecho en un momento significativo de la relación. Lo más llamativo fue un collar con unas pulsaciones y un corazón, pues el propio Manuel lo tenía tatuado en su brazo.
"Significa que ella es la única que me hace sentir diferente", le explicó, paradójicamente, a Fiama, tras haber hecho lo propio con la presentadora del programa. Pese a las lágrimas, dejó claro que no se arrepentía de lo que había hecho, pues era lo que sentía en cada momento.
Sobre el estado de las joyas, visiblemente deterioradas, comentó: "Estaban como pisadas, rotas o quemadas. Yo esto me lo quedo para siempre, son recuerdos de una época muy bonita. No los voy a tirar ni lo intentaré romper. Yo a Lucía la quiero. He notado que nuestros caminos se separan y que esto ha llegado a su fin", lamentó.
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