Bombas Gens ofrece un "viaje de 40 años" por los paisajes "vivos" de Juan Uslé

Bombas Gens estrena este viernes una exposición del artista Juan Uslé, en la que el centro de arte valenciano se embarca en un "viaje de 40 años" por los paisajes "vivos" del artista, desde escenarios más reconocibles a otros que constituyen un "reflejo" del interior del pintor, desde lo "emotivo y humano".
Bombas Gens ofrece un "viaje de 40 años" por los paisajes "vivos" de Juan Uslé
Juan Uslé presenta junto a Fundació per l'Amor a l'Art una exposición centrada en el paisaje
BOMBAS GENS
Bombas Gens ofrece un "viaje de 40 años" por los paisajes "vivos" de Juan Uslé

Así lo ha explicado este viernes el propio Uslé (Santander, 1954) en la presentación de la muestra, acompañado por la vicepresidenta de la Fundació Per Amor a l'Art, Susana Lloret; el director del área de arte y cocomisario, Vicent Todolí, y la directora artística de Bombas Gens, Sandar Guimaraes.

La exposición, bajo el título 'Juan Uslé. Ojo y paisaje', permanecerá hasta septiembre en Bombas Gens y presenta una selección de obras del artista desde finales de los ochenta hasta una muestra de la serie 'Soñé que te revelabas', con obras realizadas en los últimso diez años. Incluye pienzas de la colección de la Fundació, préstamos de otras instituciones, coleccionistas privaros y del artista.

El punto de partida de la exposición son tres obras de Juan Uslé pertenecientes a la colección de Fundació Per Amor a l'Art. Una de las piezas del río Huertas hizo pensar "en el paisaje como tema central", reconocible al principio y posteriormente como paisaje interior, según Todolí, que ha destacado la presencia de los ríos en los lugares donde ha vivido el artista y consecuentemente en su obra, primero el Huertas y luego el Serpis, pero en definitiva el río "como horizonte de los sueños y las fantasías".

En este sentido, Juan Uslé considera que, con esta exposición, Bombas Gens no ha buscado "un resultado esteticista" sino que ha "hurgado buscando intensidad", y se ha mostrado "feliz de ver ahora estas obras después del miedo inevitable de la idea de mirar al pasado y saber que nos espera el encuentro con obras y hechos que apenas recordamos".

Las primeras piezas de la muestra, que datan de los 80, muestran la época en la que Uslé comienza a cuestionar la relación entre paisaje, visión y mente, entre abstracción, pinceladas robustas y acuarelas. Ya en la época de los 90 pasa a la interrogación del lenguaje pictórico con esos paisajes de colores intensos que alternan el gesto y la geometría. Y se cierra con su última época, más íntima en una suerte de autorretratos o dibujos que funcionan a modo de notas o pruebas.

Para Uslé, "la vida es como los ríos, como las líneas que aparecen en los cuadros", es "esa emoción que te mantiene vivo pensando lo que puedes hacer". Ha explicado que, al principio, su relación con el paisaje era "vivencial", ya que para él el paisaje "tiene un componente humano" y necesita "tocar, sentir y vivir las cosas" sobre las que va a trabajar.

"Esta imagen del ir poco a poco, latido a latido, pulso a pulso, mueve mi compromiso con el hacer", ha señalado. Los cuadros se tornan entonces "escritura" y "reflejo" de su interior, del "bombeo, el latido, la sangre que nos permite estar vivos".

"EL PAISAJE ES AMNESIA"

El pintor ha señalado que "la realidad es lo que uno siente y lo que uno construye" y, por tanto, el paisaje "es algo cultural, somos nosotros porque somos memoria". "El paisaje es amnesia, es como una especie de bagaje, de orquesta, de pulso por moverte y avanzar. Tratar de ejecutar esa música sorda que nos recuerda al mar", que es el "origen de nuestra vida".

Bajo esta perspectiva, ha explicado que "no pinta una cosa en un lugar y otra en otro" sino que se siente como una "membrana porosa" a la que "las cosas influyen". "Los lugares son vinculantes, pero lo mismo me sale lo que estoy viviendo en Saro como lo que viví en Nueva York", ha remarcado, antes de apuntar que los enclaves donde ha estado "se juntan en una especie de nebulosa".

EL "ESTÍMULO MÁGICO" DE SUS RECUEROS DE VALÈNCIA

Uslé ha explicado a los medios que, cuando estudiaba Bellas Artes en València, vivía cerca del edificio de Bombas Gens, y que ese ha sido un "estímulo mágico" para embarcarse en el proyecto de esta exposición.

"Me invitaron a ver el espacio y vine y me quedé muy impresionado, muy emocionado, yo vivía aquí al lado cuando estudiaba, en una casita que ya no existe, de aquellas que alquilaban por 800 pesetas, y he pasado por aquí delante muchísimas veces. Cuando vi que era este edificio me quedé pasmado porque me encantaba desde fuera, no sabía lo que era, estaba lleno de polvo siempre, es una maravilla por su peculiaridad art decó, industrial. Que hayan pensado en mí para exponer es como si me hubiera tocado la lotería", ha relatado.

El pintor ha señalado que la exposición es un viaje de 40 años y "como volver al lugar donde, en esa habitación, donde dormía". "Antes había tenido un laboratorio de fotografía y ahora soñaba y estaba pintada de negra entera. En la casa en ese momento ya tuve dos habitaciones pintadas de negro. Y cuando voy a Nueva York, los cuadros se hacen negros. Hay algo de amnesia, de recuperar la imagen, la memoria, la aparición y desparición de la imagen, y eso también lo hay en estos cuadros", ha destacado.

"EL PAISAJE NUNCA ESTÁ QUIETO"

Sin embargo, ha indicado que incluso sus cuadros más figurativos "tienen un nivel de iconicidad bajo", porque no le gusta demasiado acercarse a la idea de reproducir un modelo. "Soy más partidario de vivenciar, de respetar y fundirme con el paisaje, con el entorno o con le pensamiento, porque el paisaje también tiene pensamiento y, sobre todo, de componente emotivo y humano", ha agregado.

"El paisaje nunca está quieto. Por eso yo prefiero que los cuadros tengan manchas, nubarrones, movimientos, materias y cuerpos que se deshacen y hacen, que aparecen y desparecen. Que el espacio esté vivo, que algo lata. Tiene que latir algo, un cuadro es una representación gráfica, un diseño, pero está más próximo a la muerte y es algo más intelectual. Yo necesito la vida", ha apuntado.

EL ARTE, "MOVIMIENTO DE RESISTENCIA"

Por su parte, durante la presentación, la directora artística de Bombas Gens ha reivindicado el arte como "necesidad" frente a la actual pandemia de coronavirus. "Yo lo veo como un movimiento de resistencia" y como "positividad", ha subrayado, antes de insistir en que "la esperanza que todos necesitamos es la experiencia artística".

En el mismo sentido se ha expresado Susana Lloret: "En las actuales circunstancias, nos parece aún más esencial provocar reacciones más allá de esta cotidianidad tan dura y desconcertante, poniendo el foco en algo tan estimulante como el arte y artista, en este caso Juan Uslé".

Por otro lado, preguntada por los cambios en la estructura del centro de arte, Lloret ha explicado que se abre un "cambio de ciclo" en Bombas Gens con su nueva directora, que tiene "su propia lectura" y necesita su propio espacio en la que desarrollarla. Así, ha defendido que "el centro de arte está vivo" y que su objetivo es ser flexible, para poder adaptarse a una situación "muy difícil" y a su entorno.

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