Los 70 colectivos de la ciudad que se han posicionado en contra del cierre del Parque Juan de Austria no se fían de la promesa del Ayuntamiento de que las instalaciones no desaparecerán. Por eso, la plataforma que han conformado comenzó ayer a recoger firmas y, sólo en tres horas, aglutinó más de 1.500, según la portavoz de esta agrupación, Carmen López.

A ellas hay que sumar los apoyos que ya tienen en su poder los distintos colectivos que desde hace tres semanas comenzaron a recolectar firmas por los distintos barrios de la ciudad.

«Me han dicho que en Parquesol tienen un montón y yo tengo por lo menos otras 1.500», explica López.

El día 31 de este mes finaliza el contrato entre la empresa La ballena, que gestiona el recinto, y el Ayuntamiento, con lo que el parque infantil cerrará sus puertas.

La concejala de Educación, Ángeles Porres, asegura que «en breve» se presentará un proyecto que unificará deporte y ocio, pero que «mantendrá el parque como estructura principal del complejo». Sin embargo, los colectivos no se fían.

Se echará a perder

«Vais a ver como en un mes este jardín se echa a perder», comenta Carmen López que, además de liderar la protesta, ha sido la jardinera durante los últimos nueve años. «Para mantenerlo como está se necesita a alguien dedicado exclusivamente ocho horas al día. No basta con cortar un poco el césped», afirma, en respuesta a la concejala, que aseguró a 20 minutos que el tiempo que esté cerrado se mantendrá por personal del Ayuntamiento.

El Partido Socialista también duda de que el parque aguante el cierre. «La concejala de Educación sigue sin concretar plazos y proyectos y tampoco ha querido explicar cómo se mantendrá el recinto y los animales que en él habitan», subrayan.

Actividades contra el cierre

Los 70 colectivos que quieren salvar el parque de Juan de Austria están convencidos que la mejor opción es arreglar lo que está dañado -«limpiar el estanque, cambiar el barco, los bancos y pintar la ballena»-  y darle mayor promoción.

«Las instalaciones están mejor de lo que nos han vendido», dice Carmen López, que el día 1 perderá su trabajo como jardinera. El domingo, en las puertas de recinto se leerá un manifiesto contra el cierre y se celebrarán numerosas actividades para niños y mayores.

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