Con este fin, la Región opta por un modelo mixto de vacunación en grandes instalaciones y en centros de salud para facilitar la accesibilidad y llegar a todos los ciudadanos con las mejores condiciones, cuando se incremente el número de dosis que se envían a las Comunidades Autónomas.

El consejero de Salud, Juan José Pedreño, ha participado en la reunión de este Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud celebrada este miércoles, en la que ha habido una petición generalizada por parte de las comunidades autónomas para aumentar los envíos de vacunas.

Pedreño ha instado al Ministerio de Sanidad que se establezcan los mecanismos necesarios que garantice y se aumente el envío de vacunas, según informaron fuentes de la Consejería en un comunicado.

Del mismo modo, el consejero ha pedido que especifiquen aún más los protocolos de vacunación. En este sentido ha solicitado concreciones sobre determinados colectivos y grupos de edad (de 55 a 65 años), profesorado y la vacunación de personas mayores de 80 años para poder definir con rigor y orden los calendarios de vacunación.

La Región está preparada y cuenta con la infraestructura necesaria para poder abordar esta vacunación masiva. Por ello, reclama que se aumenten los envíos.

Por otra parte, siguen preocupando los efectos que pueden provocar las nuevas cepas detectadas en territorio nacional, y reiteramos la necesidad de profundizar en un análisis más exhaustivo que coordine la actuación en todas las comunidades ante la aparición de brotes originados por estas nuevas variantes. En este sentido, la Región de Murcia adelantará la adopción de medidas más restrictivas en aquellos territorios en los que se pueda detectar un aumento de al menos un 40% semanal del número de casos.

Pedreño dio a conocer que la situación epidemiológica en la Región de Murcia mejora y se consolida el descenso en el caso de contagiados por coronavirus, al alcanzar un 50 % menos que la semana anterior, además de una mejoría en las tasas de incidencia a 14 y 7 días.

Esta reducción empieza a percibirse en la presión asistencial de los hospitales, que registran una menor ratio de ocupación de camas hospitalarias como de camas UCI. La tasa de positividad ha descendido, con una media semanal del 7%.