Alusiones y homenajes a películas propias y ajenas.

Destinos tan trágicos como inseparables. Momentos cómicos. Lágrimas. Y la habitual retahíla de frases que uno sólo escucha en dos lugares: la calle o el cine de

Almodóvar. El manchego ha vuelto; algo que, no por sabido, deja de ser una gran noticia para el maltrecho cine nacional.

Tras la mezcla de comedia y drama que era ese homenaje –otro más– a la mujer que es

Volver, Almodóvar estrena

Los abrazos rotos, que califica como "un drama romántico con historias de amor cruzadas". La historia de

unos personajes a caballo entre dos décadas y que desarrolla uno de los relatos más desesperados y a la vez contenidos de su extensa –17 largos– filmografía.

Los abrazos rotos gira en torno a dos personajes: un director de cine ciego, obvio álter ego del propio Almodóvar, y

una mediocre actriz capaz de enloquecer a todo hombre que se cruce por delante. Según confesión de Almodóvar, un guión gestado en la oscuridad, la soledad y el silencio a los que ha estado condenado durante los últimos años por culpa de unas jaquecas.

Lluís Homar encarna al director de cine Mateo Blanco, quien tras perder la vista y a la mujer de su vida

sobrevive como guionista tras el seudónimo de Harry Caine. A su lado permanecen su directora de producción, interpretada por

Blanca Portillo, y el hijo de ésta, encarnado por

Tamar Novas.

José Luis Gómez,

Rubén Ochandiano y

Ángela Molina son otros de los protagonistas

de una película por la que desfilan chicas Almodóvar como

Chus Lampreave,

Kiti Manver,

Lola Dueñas o

Rossy de Palma, además de los conocidos

Carmen Machi,

Kira Miró,

Alejo Sauras o

Dani Martín.

Por supuesto, y por encima de todos, emerge una

Penélope Cruz que, como pasara con Carmen Maura, Victoria Abril o Marisa Paredes, se consolida como musa del cineasta. Almodóvar explica que

su personaje "está muy lejos de lo que es ella. Ha sido muy generosa dejándome hurgar en su parte más íntima para sacar el dolor". Otro papel que la actriz de Alcobendas sólo puede definir como "un regalo", y

gracias al que probablemente recogerá unos cuantos premios, como pasara hace tres años con la Raimunda de

Volver.

Como en

¡Átame!, hay un rodaje en la trama de

Los abrazos rotos. Se trata del de

Chicas y maletas,

donde los personajes de Homar y Cruz se enamoran. Una de las escenas de esa falsa película es un diálogo entre Cruz y una política, interpretada por Carmen Machi, donde Almodóvar incluye referencias a

Mujeres al borde de un ataque de nervios.

La buena sintonía entre actriz y director y

la imposibilidad de conceder más espacio al personaje provocaron la creación de

La concejala antropófaga, que supone el primer cortometraje de Almodóvar

desde que rodase Salomé en 1978. Definido por el director como "una gamberrada, un capricho y una liberación", el corto –que aparecerá en DVD junto a Los abrazos rotos– es

un monólogo de tono "incorrecto, incontenido y grosero, a lo Patty Diphusa", según Almodóvar.

UNA PAREJA DE TRES

"No ruedes con niños, animales o Charles Laughton". Obra de

Hitchcock, el consejo ha sido mil veces repetido

pero no cala entre los productores de Hollywood, que insisten en convertir los cines en zoológicos o, más concretamente, en perreras.

Hotel para perros,

Un chihuahua en Beverly Hills o

Bolt –ésta, animada– son tres ejemplos,

ahora mismo en cartel, de cine canino, a los que se une

Una pareja de tres, basada en el libro de John Grogan publicado en 2005. La novela, autobiográfica, contaba las vicisitudes de una pareja,

sus tres hijas y, sobre todo, de Marley, el perro de la familia. Ahora, la comedia salta al cine con dos protagonistas estelares y la ternura que suelen producir los perros como principales bazas.

El director de

El Diablo viste de Prada,

David Frankel, se entrega al carisma de

Owen Wilson y

Jennifer Aniston para fabricar un éxito

al que contribuyen los 22 perritos actores empleados en el rodaje. La película fue líder de recaudación en EE UU durante varias semanas las pasadas Navidades, y aseguran que Aniston fue la más feliz con el éxito: batió en la taquilla a su ex pareja, Brad Pitt, y su cinta

DUPLICITY

El neoyorquino

Tony Gilroy es

uno de los nombres en alza en el cine estadounidense actual, gracias a guiones como los de las tres partes de las aventuras de Bourne o

Michael Clayton, que además fue su debut como director.

Gilroy firma ahora su segunda película, que también ha escrito, y para la que

cuenta con una estelar pareja protagonista: el británico

Clive Owen y

Julia Roberts, que interpretan a dos espías gubernamentales que se pasan al sector privado.

Entre viajes por medio mundo y muchas mentiras discurre la película, a mitad de camino

entre la clásica historia de espías y la comedia romántica, género para el que sus protagonistas están evidentemente dotados. Secundarios como

Tom Wilkinson o

Paul Giamatti dan todavía más lustre a la cinta.

CAPITÁN ABU RAED

Abu Raed trabaja como limpiador en el aeropuerto de Amman.

Su sueño siempre ha sido viajar por el mundo, pero como nunca ha podido cumplirlo, se conforma con vivir las aventuras de los libros y compartir las vivencias de los viajeros. La cinta se presenta como la primera película de Jordania exportada al mercado internacional.

Escrita y dirigida por un cineasta jordano afincado en Estados Unidos,

Amin Matalqa, narra una historia contemporánea marcada por la amistad, la ilusión y el sacrificio, ingredientes todos ellos

que la hicieron valedora del Premio del Público a la mejor película extranjera en el

Festival de Sundance 2008.

Además de unas localizaciones llenas de simbolismo, destaca su retrato de personas cotidianas y su capacidad

para traspasar las fronteras sociales entre ricos y pobres. La mayor sorpresa de la película es su reparto, con niños, elegidos por su credibilidad de cara al público internacional.