La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, ha presentado estos proyectos, que se financiarán con los fondos asignados para el periodo 2021-2023 por parte del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 con cargo a estos fondos europeos.

Blanco ha incidido en que parte de los proyectos financiados se desarrollarán en colaboración con las entidades locales, a las que ha afirmado que se les dará mayor participación en Castilla y León de la que inicialmente se reservaba, al incrementar hasta el 20 por ciento (de un 15 previsto) la cuantía que gestionarán, que será de 30,15 millones. De la misma manera, se realizarán proyectos en cooperación con el Tercer Sector por un importe de 15,7 millones durante los próximos tres años.

Los fondos pretenden acelerar la transformación tecnológica de los Servicios Sociales, de manera que todas las inversiones que se ejecuten en modernizar infraestructuras e innovaciones para prestar una atención más individualizada y cercana, fundamentalmente en lo que la Consejería ha denominado el sistema de 'Dependencia 5.0' y que pretende implantar.

La inversión se distribuirá en los tres grandes ejes de actuación que ha establecido el Ministerio, conforme a los criterios de la UE como son el 'Plan de apoyos y cuidados de larga duración' -al que la Comunidad destinará 95,18 millones de euros con un total de 46 proyectos; el 'Plan de modernización de los servicios sociales' -con 63 proyectos por importe de 37,14 millones de euros-, y 'España país accesible' -que incorpora 57 proyectos, que ascienden a 18,42 millones de euros-.

En el apartado de cuidados de larga duración, se incluyen proyectos en centros de la Junta, que implicarán redefinir los actuales modelos de atención a mayores, dependientes y menores, ya sea en una residencia o en su propio domicilio.

Las inversiones en este apartado -parte de ellas financiadas con presupuesto propio de la Consejería- se elevan a 17,25 millones de euros en Ávila; 6,02 millones en Burgos; 8,98 millones de euros en León; 4,4 millones en Palencia; 19,21 millones de euros en Salamanca; 13,29 millones en Segovia; 4 millones en Soria; 7,82 millones de euros en Valladolid, y 16,33 millones en Zamora.

Con ello se tratará de avanzar en el nuevo modelo residencial que busca que los mayores que no puedan continuar en su hogar y deban trasladarse a un centro para recibir cuidados se sientan en él como en su propia casa mediante las unidades de convivencia, espacios similares a los domésticos diseñados en el interior de las residencias.

NUEVAS RESIDENCIAS

Para ello, se proyecta la construcción de dos nuevas residencias en Ávila y en Zamora -por un importe de 16,32 millones de euros para cada centro-, y obras de mejora y de remodelación para implantar unidades de convivencia en centros de Burgos (4,33 millones); León (4,4 millones); Palencia (3,4); Segovia (13,3 millones); Soria (un millón) y Valladolid (4,08).

Además, se avanzará con fondos autónomos en otros proyectos, entre los que destaca la nueva residencia que se edifica en Salamanca -en la que se invertirán 15,21 millones- o la futura Unidad de Valoración y Atención a Personas con Discapacidad de León, al que se destinarán 3,5 millones de euros-.

Junto a esto, se continuará con la ampliación de plazas de convalecencia y la reconversión de plazas públicas residenciales de personas válidas en otras para dependientes.

También se contemplan entre los proyectos la modernización de infraestructuras y la mejora de los modelos de protección residencial y acogimiento familiar especializado, en particular para menores no acompañados o con necesidades especiales, entre los que destaca la construcción de un nuevo centro de protección de menores en Salamanca (3,5 millones) y la remodelación en tres centros de Valladolid (3,73 millones) y en uno de Burgos (1,68).

El segundo eje presenta como reto acelerar el proceso de transformación tecnológica de los Servicios Sociales, para lo que la Junta apuesta por consolidar el nuevo 'sistema de atención a la Dependencia 5.0', para lo que se contemplan 26,35 millones.

En este contexto se pretende hacer especial hincapié en mejorar la atención de las personas dependientes que residen en sus casas mediante las nuevas tecnologías y con la aplicación de su experiencia en la innovación social.

En este apartado encaja la iniciativa, ya en marcha, para extender a todo el territorio la teleasistencia avanzada, en cuyo marco está prevista la adquisición y gestión de un conjunto de dispositivos de detección de fuego, humo, gas o agua o de situaciones de riesgo y emergencia fuera del domicilio mediante geolocalización, entre otros.

También bajo este epígrafe se engloban proyectos innovadores basados en la aplicación de tecnologías a los equipamientos del hogar para favorecer la promoción del envejecimiento activo y de la vida independiente.

NUEVAS TECNOLOGÍAS

Es el caso del andador inteligente -capaz de acercarse de forma autónoma a la posición del usuario para evitar caídas- o del inodoro asistido -que ofrece ayudas técnicas a personas con dificultades de movilidad o equilibrio-. Otros ejemplos de desarrollos en la misma línea son las cabinas de ducha que prestan apoyo en las tareas de higiene o las camas asistidas.

También se recoge un proyecto para la domotización de hogares de personas con discapacidad y uno de los más importantes que promoverá la Consejería, que consiste en ecosistemas de inteligencia ambiental para el apoyo a los cuidados de larga duración.

El objetivo es crear espacios físicos en el hogar y en los entornos residenciales con robots inteligentes que interactúan con dispositivos técnicos que asisten a las personas dependientes o a sus cuidadores en actividades del día a día y con el sistema de teleasistencia avanzada, de manera que estas máquinas puedan monitorizar las tareas del usuario y emitir una alerta en el caso de que precise atención.

También servirán como compañeros de ocio y entretenimiento para apoyar las actividades que puedan necesitar estas personas a las que van dirigidas.

Junto a todo ello, se avanzará en la digitalización de procedimientos y se desarrollarán proyectos para potenciar el uso de las nuevas tecnologías entre los más vulnerables como una aplicación móvil que facilite la conectividad en red de las personas mayores.

El tercer eje de actuación se enfocará a las mejoras en accesibilidad, no sólo desde el punto de vista de la eliminación de barreras arquitectónicas, sino también de los obstáculos a los que se enfrentan las personas con discapacidad sensorial cuando tratan de utilizar un dispositivo electrónico o acceder a una página web para solicitar una prestación o un servicio, entre otros proyectos.

En cuanto a los proyectos en colaboración con diputaciones y ayuntamientos, se centrarán en la atención residencial -mediante actuaciones en centros de su competencia- y en la accesibilidad para la supresión de barreras físicas y sensoriales y la simplificación administrativa.

Por otro lado, con el Tercer Sector Social se participará en diversos proyectos, entre los que destacan los programas para reducir la brecha digital; la creación de una oficina de accesibilidad universal y de un laboratorio de ideas en I+D+i para valorar las posibilidades de aplicación de la impresión 3D en la adaptación de materiales a medida de las necesidades de las personas con parálisis cerebral.