Irene López Assor: "La peor de las envidias es cuando nuestra felicidad se basa en que al vecino le vaya mal"

  • La psicóloga y divulgadora Irene López Assor acaba de publicar ’10 obstáculos que te impiden ser feliz’, una guía para aprender a descubrir los propios escollos y utilizar las herramientas necesarias para soltar lastre.
  • "El victimismo del amigo tóxico es pura manipulación para que sigas reforzando sus desgracias y ser centro de atención".
La psicóloga Irene López Assor, autora de '10 obstáculos que te impiden ser feliz'
La psicóloga Irene López Assor, autora de '10 obstáculos que te impiden ser feliz'
CORTESÍA ALIENTA EDITORIAL
La psicóloga Irene López Assor, autora de '10 obstáculos que te impiden ser feliz'

Madres y amigos tóxicos, muchas frustraciones, demasiada autoexigencia, altos niveles de ego y soberbia, diversos desamores, envidias de ida y vuelta, el peso de la culpa y la eterna procrastinación. Tras 25 años de profesión e innumerables horas de consultas, la psicóloga y divulgadora Irene López Assor ha aprendido a identificar las principales barreras que interfieren en el bienestar del ser humano. Basándose en esa experiencia ha dado forma a 10 obstáculos que te impiden ser feliz (Alienta Editorial, 2021), un libro que tiene como objetivo ayudar a cada lector a reconocer sus propios escollos y descubrir las herramientas necesarias para soltar lastre.

En este libro aborda con maestría y desde su extensa experiencia profesional los diez obstáculos que nos impiden ser felices. Cree que esta infelicidad se debe, en parte, a que cada vez tenemos las expectativas ante la vida mucho altas respecto a nuestros padres o abuelos.

Evidentemente, no solo tenemos las expectativas muy altas, porque nos lo exige la sociedad en la que vivimos, o creemos que nos las exigen, en realidad es un sesgo perceptivo. No es tan real. Además, hay que añadir a esa exigencia el factor de la inmediatez, las nuevas tecnologías nos hacen creer, erróneamente, que debemos de estar para los demás de manera inmediata, no respetamos nuestro tiempo ni nuestro espacio, y parece que si no hacemos todo "ya" como contestar a los whatsapp o a los mails, no estamos dando la talla o no estamos dando todo lo que nos piden.

"Las nuevas tecnologías nos hacen creer, erróneamente, que debemos de estar para los demás de manera inmediata"

Lo que se nos olvida es que tenemos el derecho, y casi te diría, la obligación de respetar nuestro propio espacio temporal y necesidades propias. Aunque esas necesidades sean tan básicas como poder estar tranquilos escuchando un poco de música, o pasear o leer, sin estar pendiente todo el día de los demás y de la imagen que queremos dar.

¿Es la baja tolerancia a la frustración el mal de nuestros días? ¿Hasta qué punto los padres actuales fomentan estas conductas impacientes y la necesidad de tenerlo ‘todo y ahora’?

La baja tolerancia a la frustración viene porque no se educa a los niños en la paciencia, por ejemplo, si el niño está llorando, le dejamos el móvil o la tablet para que juegue. Accedemos de manera inmediata a las demandas del menor, seguramente porque estamos cansados, o porque pasamos poco tiempo con ellos, y nos hace sentir culpables y por eso queremos darles todo. Pero eso es un error garrafal. Debemos de educar en la paciencia, que el niño entienda que no todo es aquí y ahora. Perder el miedo al llanto, el llanto tan solo es una expresión emocional o bien de rabia o bien de tristeza. Nos da miedo. Nos da pena y claudicamos.

"Nos debemos de reeducar, no todo es posible aquí y ahora. No somos dueños de la vida de los demás, solo de nuestras propias vidas"

Y nosotros, también nos debemos de reeducar, no todo es posible aquí y ahora. No somos dueños de la vida de los demás, solo de nuestras propias vidas. Exigir al otro inmediatez, estamos dejando de lado a nuestra verdadera necesidad y estamos creando relaciones de dependencia emocional, que, obviamente llevan a un elevado grado de frustración, y como consecuencia, de ansiedad generalizada.

A muchos les chocará que hable de las madres en términos tóxicos. Sin embargo, usted misma indica que las relaciones materno-filiales son uno de los temas que más se tocan en las consultas de psicología. ¿Cómo podemos reconocer a una madre tóxica y cuáles son las consecuencias que puede tener en nuestra vida?

Es un tema complejo, difícil y doloroso. Reconocer que nuestra madre tiene patrones tóxicos, no es tarea fácil, y requiere un esfuerzo considerable, además porque nos posiciona en la duda de '¿y si yo soy una madre tóxica?'. Todas somos un poco tóxicas, sobreprotegemos a veces demasiado, queremos a nuestros hijos bajo nuestro control, pero eso, lo único que va a conseguir es niños inseguros, adultos dependientes, y generar relaciones de dependencia donde prima la voluntad del otro y no la nuestra. Es decir, otorgamos un poder que creemos superior en otra persona y dejamos nuestro propio poder aislado y sin darle importancia. Esas son las peores consecuencias. Al final, ser una marioneta de los demás, dejar esos hilos a los otros y por lo tanto pierdes el control de tu vida. Romper esos hilos invisibles es parte del objetivo de mi libro, pero si no sabemos que están, no los podemos romper.

"Una madre tóxica lo único que va a conseguir es generar una relación de dependencia donde prima la voluntad del otro y no la nuestra"

Habla también del ego y la soberbia como uno de los principales problemas de la sociedad actual. Estamos viendo, en tiempos de pandemia, que muchas de estas conductas ególatras se han pronunciado todavía más: prevaleciendo el individualismo sobre lo colectivo. ¿Cómo podemos reconducir esta situación?

No podemos, se llama el efecto Mateo, donde los buenos serán más buenos, pero los egoístas más egoístas, es algo natural cuando hay una falta de información concreta, se tiene la percepción de que la sociedad te desampara y tienes que buscar como individuo la solución a los problemas de tu día a día. Lo que vemos es este efecto. La buena noticia, es que no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo aguante. Por lo que igual que viene, de manera natural y como mecanismo de defensa, se irá, buscando la propia sociedad en un movimiento homeostático el propio equilibrio. Lo que yo aconsejo es no entrar en disputas, y no fijarse en las conductas incorrectas del otro. Es una perdida de tiempo. Tiempo que es tuyo y lo estás empleando en algo que te resta fuerza y te descentra de ti mismo.

Se habla mucho de las relaciones tóxicas de pareja pero usted dedica un episodio a los amigos tóxicos. ¿Cuál sería su retrato robot y por qué es conveniente alejarse de ellos?

El amigo tóxico es extensible a la pareja, por eso, dedico un capítulo al desamor, para no repetirme demasiado. El retrato es muy sencillo: amigo que solo vela por él, solo habla de él, solo se escucha a él, y en una conversación tus problemas duran dos minutos y los suyos una hora. Su solución a tus problemas es 'no pasa nada, tú eres fuerte' y mientras él se muestra débil y víctima. Todo le ocurre a él y todo el mundo gira a su alrededor. Su victimismo es pura manipulación para que tu sigas reforzando sus desgracias, así se siente recompensado y el centro de atención y tú, culpable por no poder dar más, o por no poder decir tus necesidades o tus opiniones. No te sientes escuchando, te sientes aislado, solo e incomprendido. Solución: manda a la porra a tu amigo, nunca vas a estar solo. Eso te lo garantizo.

"Para un amigo tóxico la solución a tus problemas es 'no pasa nada, tú eres fuerte' y mientras él se muestra débil y víctima"

Menciona dos tipos de envidia: la que generamos hacia otros y la que sufrimos de los demás. ¿Cuál de ellas es más peligrosa? ¿Y cómo podemos cambiar para focalizarnos más en nuestro propio crecimiento y no en el de los demás?

La peor de las envidias es cuando nuestra felicidad se basa en que al vecino le vaya mal, esté mal o le ocurran desgracias de fracaso. Se llama la envidia maliciosa. Y es muy peligrosa porque podemos caer en cuadros más patológicos de personalidad. Si es así, recomiendo ir a salud mental, que te reconduzca un especialista porque puede desembocar en trastornos bastante serios. En lo referente a cuando nos envidian, yo recomiendo no hacer ni caso, no es nuestro problema. Si nos enganchamos en esos comentarios envidiosos perdemos nuestro centro y ahí lo mas probable es que aparezca nuestra amiga la ansiedad y la tristeza.

Por último, me gustaría preguntarle por la culpa, otro obstáculo al que dedica un capítulo. ¿Tendemos a culpabilizarnos demasiado y a ser muy poco autocompasivos? ¿Cómo salir de ese bucle?

Es difícil resumírtelo en pocas palabras, el capítulo de la culpa es uno de mis favoritos, ya que tenemos muchos culpabilizadores, tanto personales, internos como externos y sociales. Saberlos reconocer es el primer paso para poder dejar ir la culpa. Sino es imposible. Por eso, he intentado ser bastante precisa en este y todos los capítulos del libro, porque la información es poder. Y si tienes el poder, tienes la felicidad.

Portada '10 obstáculos que te impiden ser feliz'.
Portada '10 obstáculos que te impiden ser feliz'.
CORTESÍA ALIENTA EDITORIAL
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