Maria Sergeyeva, una joven estudiante rusa de 24 años, es el rostro amable del Gobierno de Vladimir Putin. Sergeyeva es una de las líderes de un movimiento juvenil pro-gubernamental que se encarga de hacer propaganda de las políticas del Ejecutivo ruso.

Su fama reciente como icono de la política del Kremlin se la ha proporcionado un discurso pronunciado durante un acto nacionalista en la capital rusa. Sergeyeva habló con celo patriótico de las bondades del Gobierno de Putin y Dmitry Medvedev y confió en que juntos “venceremos a la crisis”. Su discurso, combinado con un físico atractivo, la ha convertido en pocas semanas en una sensación en Internet.

“Francamente, estoy muy sorprendida por la reacción”, ha dicho Sergeyeva, en una entrevista concedida en Moscú con el diario británico The Times. En el discurso que la aupó a la fama, Sergeyeva, que vestía un traje con los colores de la bandera rusa, defendió la industria nacional automovilística.

Aunque sus posibilidades como líder político son altas, a juzgar por las masas que logra mover, aún debe mejorar ciertos aspectos. Poco después de esta reivindicación de la industria nacional, la joven fue fotografiada viajando en un todoterreno japonés, aunque, según dijo en su defensa, “el coche pertenecía a un amigo y yo simplemente estaba posando”.

Para remediarlo, Sergeyeva ha anunciado su deseo de comprar un Volga, el coche de fabricación rusa icono de la guerra fría.

Sergeyeva es ambiciosa. Es una defensora a ultranza del partido Rusia Unida y no oculta su deseo de llegar a ocupar algún día un cargo de poder, incluso, por qué no, convertirse en ministra. “En occidente se dice que aquí no hay democracia, pero no es cierto. En Rusia existe democracia y tenemos una prensa libre”, dice la joven defensora de la plutocracia de Putin.