El 64,4% de los empleados públicos lleva mascarilla en su lugar de trabajo, según encuesta de Sterm

El sindicato Sterm Intersindical ha avanzado el resultado de una encuesta hecha entre 517 empleados públicos para conocer su estado de ánimo durante la pandemia. Entre los datos aportados destaca que el 64,4% de los funcionarios encuestados llevan siempre la mascarilla puesta, el 3,7% no la usa y el 31,9 de los preguntados asegura que se la quita cuando está solo en su puesto de trabajo, según datos facilitados por la organización.

Entre los empleados públicos que llevan mascarilla en su trabajo, un 48% ha asegurado que no se la quita nunca, aunque un 37% "se la quita cuando está sola/o", y el 9,7% la lleva cuando hay "alguien más aunque haya distancia de más de dos metros". Sólo el 5,2% no la lleva, una "demasiado alta" según ha valorado el sindicato.

En el estudio, el 96,7% los empleados públicos reconoce que están al corriente de lo que se debe hacer en los puestos de trabajo con respecto a las medidas de prevención del coronavirus, mientras que un 3,1 por ciento dice desconocerlo.

En relación a los grupos burbuja, un mayoritario 72,7% sí pertenece, por un 27,3% que no. El número de personas de estos grupos son variados y las razones de no pertenecer también son "personal que comparte despachos pequeños, a veces ventilados, a veces no; inexistencia de turnos de trabajo; despachos sin ventanas con cinco ó más personas; decisiones que se toman al respecto cuando ya ha habido positivos en el centro de trabajo, es decir, con una nula previsión y prevención; limitaciones de vida social; falta de medidas hacia las personas que está de cara al público", han apuntado desde Sterm.

En cuanto a la aplicación del sistema de teletrabajo, los encuestados aseguran haberlo pasado mal desde que no se pueden acoger a esta modalidad y "los hicieron volver a unas oficinas sin ventilación y sin distancia de seguridad y compartiendo aseos".

Otras de las respuestas ofrecidas en este estudio ha sido que, durante la pandemia, los empleados públicos han sufrido dificultad para concentrarse, pérdidas de sueño, sensaciones de agobio o depresión, y estados de inquietud y desasosiego, aunque 180 personas de 517 se siente "razonablemente feliz considerando todas las circunstancias".

Los encuestados han manifestado que tienen tanto miedo a enfermar de la Covid (324 respuestas) como a contagiar a otras personas (380), seguido de una cierta preocupación a la hora de tener más conflictos en el trabajo (146) o en sus domicilios (130), o sufrir violencia en sus puestos (32).

La mayoría de funcionarios han mostrado en esta encuesta que la atmósfera de trabajo es de "tristeza, pasividad, bajo estado de ánimo, enojo, hostilidad e incluso agresividad entre las personas", pero también de "esperanza, solidaridad y ayuda mutua". Por el contrario, hay muy poca "confianza en las instituciones" (sólo lo marcan 32 personas de 517), y un exiguo 2,3% dice estar "alegre, con confianza o contenta".

Entre los problemas que aportan los empleados públicos en esta situación, los empleados destacan la existencia de informaciones ambiguas, falta de unificación de criterios, necesidad de abrir cauces anónimos para realizar reclamaciones, ausencia de información acerca de los protocolos; o de buena y suficiente información.

Asimismo, a la hora de indicar otras medidas que pudieran ser eficaces, muchos entrevistados han reclamado el fomento del teletrabajo "siempre que el servicio lo permita" y para otras "de forma general a toda la Administración regional". En opinión de las personas encuestadas, el teletrabajo "no disminuye la calidad del servicio y aumenta la seguridad de todos".

Sterm Intersindical va a trasladados estos datos al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Comunidad.

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