Eli Jaso es uno de los autónomos aragoneses que están sufriendo las consecuancias de impagos y mororos debido a la crisis de la construcción. Una promotora le dejó sin pagar  13.000 euros por sus servicios de pintura. "Con todo lo que cobré el año pasado, sobreviví con 300 euros al mes y me he mantenido gracias al sueldo de mi mujer. Ahora prefiero estar en casa, antes que trabajar con según que gente", explica.

En Aragón hay unas 300 empresas en apuros y muy acuciadas por los impagos que se han blindado contra la crisis. Para evitar las deudas y lograr una mayor cobertura legal y jurídica, han decidido asociarse y unirse así contra los morosos que tanto daño están provocando en el tejido empresarial aragonés.

En su mayoría, son empresas pequeñas de la construcción, algunas incluso familiares (que son las que más sufren los impagos de los clientes). La situación se les empezó a complicar hace 6 meses, cuando se dispararon las quiebras y los impagos (hubo 29 en los últimos tres meses de 2008).

Para hacer frente a este problema, todas ellas (331 en todo Aragón, 212 de ellas en Zaragoza) han decidido unirse a la Asociación Española para la Prevención de Impagos y Morosos (Aepim), que en tan sólo ocho meses ya tiene más de 6.000 socios en todo el país.

Numerosas empresas y autónomos están optando incluso por no trabajar antes de arriesgarse a contratar con clientes que les pueden dejar sin pago. A través de la asociación, crean un registro de posibles morosos (que aportan y comparten todas las empresas) y configuran una red jurídica de apoyo común.

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