Los obreros volverán a levantar una parte de la acera Recoletos, tan sólo cinco años después de que acometieran un gran lavado de cara a esta vía, que costó 4,7 millones de euros. El problema: que los adoquines no han parado de levantarse en todo este tiempo, en lo que el alcalde ha denominado el paseo del xilófono, y continuamente han tenido que actuar con remiendos.

Por eso, el Ayuntamiento, con el dinero del fondo estatal, aprobó ayer una intervención en esta calle (saldrá por 711.417 euros), para buscar una solución definitiva.

Según la memoria del proyecto,  el estado de la vía es correcto en líneas generales, excepto en la zona de la calzada por donde transitan los vehículos y en el paseo lateral del campo grande, que ha sido destrozado por el peso de los vehículos que instalan las carpas para las actividades que se celebran en esta zona.

De la misma forma, también se va a cambiar la canaleta que recoge el agua de lluvia, que también se ha deteriorado como consecuencia de los vehículos que aparcan en los laterales (se colocarán separadores de granito para  evitar que sigan estacionando).

Asimismo, aprovecharán la obra para soterrar contenedores y canalizar líneas de energía eléctrica que eviten que se tiren líneas aéreas que conllevan peligro.

Obras que generan 203 empleos

Además de las obras en la Acera Recoletos, el consistorio también adjudicó ayer las obras de reforma de la red de saneamiento en La Overuela, la Urbanización de la calle  Caamaño y la reforma de la Casa Revilla.

Todas se harán con el dinero que el Estado ha dado a las administraciones locales para crear empleo y que en este caso permitirá contratar a 203 personas. 92 de ellas se dedicarán a rehabilitar la Casa Revilla, que se someterá a un gran lavado de imagen, sobre todo, para recuperar numerosos salas y espacios para exposiciones y otras actividades que ahora están inutilizadas.

CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE VALLADOLID