Ayer Kim Jones se estrenó como nuevo director creativo de Fendi por todo lo alto en un desfile lleno de estrellas y caras conocidas del mundo de la moda, marcando el nuevo rumbo de la marca italiana.

El listón estaba muy alto. Después de la muerte de Karl Lagerfeld, el anterior director creativo, el diseñador inglés tenía mucha presión por continuar con el legado del genio alemán y ha demostrado que es un digno sucesor para la casa de alta costura aportando su propio estilo y esencia con la ayuda de Demi Moore, Bella Hadid, Kate Moss, su hija Lila Grace Moss y Naomi Campbell como principales protagonistas.

En su ópera prima, Jones se ha inspirado en uno de los grandes referentes del feminismo: Virginia Woolf, ya que el diseñador se crió cerca de la casa en la que residió la escritora en Bloomsbury.

Al modisto le resultó atractivo reflejar en la moda el espíritu de Orlando, la novela de Woolf donde expone la borrosa línea de los roles de género y de lo que significa ser hombre o mujer, idea que encarna en el protagonista rompiendo tabúes sobre la sexualidad femenina.

Para representar esta obra sobre la pasarela, Jones se ha decantado por modelos y piezas andróginas con reminiscencias renacentistas y de los años 20, utilizando trajes de sastre plateados y en color arena y delicados vestidos de seda con apliques y bordados.

El diseñador buscaba enfatizar las diferentes siluetas, sin miedo a las formas femeninas, para que las mujeres disfruten de su propia sexualidad de la forma en la que ellas quieran, desde escotes pronunciados a transparencias, trajes ceñidos o cortes masculinos.

En contraposición al Fendi glamuroso de Lagerfeld, Jones nos muestra la casa italiana desde un prisma más romántico y melancólico, envolviendo la pasarela dentro de un aura victoriana.

Cabe resaltar el papel casi protagónico de las joyas en el desfile con pendientes de lámpara de araña, obra de Delfina Delettrez, a quien Jones ha nombrado directora creativa de joyería de la marca.

Para los accesorios, la firma se ha centrado en el cabello y orejas con joyería XXL muy llamativa, que evocan al barroco, con forma de gotas de agua. Las pinzas, similares a las efes de los violines, siguen las sinuosas formas del cabello, peinado con ondas al agua o con efecto wet, haciendo referencia al suicidio de Virginia Woolf por ahogamiento.