Hay momentos cómicos tan brillantes en la historia del cine que, por mucho que los años pasan por ellos, permanecen en la memoria colectiva. La capacidad que tiene el sketch de Una noche en la ópera de los Hermanos Marx de resumir situaciones universales como las intrincadas redacciones de algunos textos jurídicos sigue vigente 85 años después de su estreno.

Tres décadas sin el genio de Groucho Marx

Y el enésimo ejemplo de que la broma sigue funcionando lo refleja el decreto que limita los encuentros entre personas en espacios públicos y privados publicado por la Generalitat Valenciana el pasado 24 de enero. 

El texto, concretamente en su artículo 3 apartado e) dice lo siguiente: "Las personas que viven solas, que podrán formar parte de otra única unidad de convivencia formando una unidad de convivencia ampliada. Cada unidad de convivencia ampliada solo podrá integrar a una única persona que viva sola. Y la persona que viva sola podrá formar parte exclusivamente de una unidad de convivencia ampliada durante todo el periodo de vigencia de la medida".

Una redacción que recuerda al inolvidable diálogo "la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte..." que pronuncia Groucho Marx en Una noche en la ópera.

El texto de la Generalitat viene a decir, grosso modo, que las personas que viven solas pueden unirse a otra unidad de convivencia, pero solo a una, y esta unidad de convivencia puede acoger solo a una persona que viva sola, pero no a más.

Por ejemplo, la Comunidad de Madrid optó por una redacción menos confusa en una norma similar que recoge las excepciones a la prohibición de reuniones entre no convivientes. "Las personas que viven solas, que podrán formar parte de una única unidad de convivencia ampliada. Cada unidad de convivencia puede integrar solamente a una única persona que viva sola".