Cómo funciona la escala de Richter para medir la intensidad de los terremotos

Reproducción de un sismograma.
Reproducción de un sismograma.
Wikipedia / Francisco Javier Blanco González
Reproducción de un sismograma.

Cada vez que sucede un terremoto, la escala de Richter pasa a ser protagonista, ya que es la forma de cuantificar la energía liberada por el sismo, independientemente de la intensidad.

La escala sismológica de Richter, también llamada escala de magnitud local (ML), fue ideada en el año 1935 y su nombre hace referencia al sismólogo estadounidense Charles Richter. Sus valores van desde el 1 hasta el extremo abierto, tal y como indican desde la web oficial del Servicio Geológico Mexicano.

Aunque teóricamente no tiene límite, la magnitud 9 en la escala de Richter significaría un terremoto devastador. Además, los terremotos con magnitud superior a 6,9 se miden mediante la escala sismológica de magnitud de momento, más precisa para valores tan extremos.

¿Cómo funciona la escala de Ritcher?

El funcionamiento de la escala de Ritcher es sencillo. La magnitud, que es la medida que ofrece la escala, se calcula en función de la frecuencia y de la amplitud de las ondas que produce un terremoto, las cuales son captadas y registradas por los sismogramas.

Los valores asignados a esta escala aumentan de forma logarítmica, de tal modo que el aumento de una unidad de magnitud significa un aumento de 30 en la energía que libera el terremoto.

¿Qué significa cada magnitud?

En primer lugar, para hablar de terremoto, la magnitud de este debe ser superior a 2 en la escala de Richter, ya que por debajo de esta cifra se denominan microterremotos, que no son percibidos por los seres humanos y que, además, son muy frecuentes. De hecho, se registran diariamente hasta 8.000 microterremotos, según EcuRed.

Los sismos de magnitud 2 y 3 tampoco suelen sentirse por los habitantes de la zona en su gran mayoría pero, a partir del valor 3, ya sí que comenzarían a ser percibidos, aunque no suelen causar daños ni materiales ni personales.

Otro dato interesante en cuanto a las magnitudes que miden los sismos es que una magnitud 4 no es el doble que una magnitud 2, sino que 100 veces mayor en esta escala. Por tanto, a partir de la magnitud 4 ya sí que pueden llegar a producirse primeros daños.

Por su parte, un terremoto de magnitud 5 puede causar destrozos en edificios mal construidos y algunos daños en grandes construcciones. Ya a partir de la magnitud 6 el terremoto se considera fuerte, ya que la destrucción puede afectar a un área de 160 kilómetros de diámetro, al igual que el grado 7, que causa graves daños.

Los terremotos de grado 8 o mayor ya son considerados devastadores, produciendo la destrucción total en las zonas más cercanas al epicentro. Un ejemplo es el terremoto más fuerte registrado en la historia, que se dio en Chile durante el año 1960, un terremoto de magnitud 9.6, en el que murieron 3.000 personas y dos millones se vieron afectadas de un modo u otro.

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