"Serán 10 meses de trabajo muy intenso en los que 39 paradas cada semana se deberán hacer accesibles", ha explicado en rueda de prensa el segundo teniente de alcalde, Ricard Gomà, que ha destacado que desde que en 1996 se empezó a "pensar la ciudad desde la accesibilidad" se ha conseguido entre otras cosas que Barcelona tenga 100 kilómetros de calles y más de 1.000 autobuses accesibles.

En Barcelona hay 1.135 paradas de bus con marquesina y un millar de

palos de parada, de los que se retocarán 1.800 en diferente medida para dejar "garantizado" el espacio mínimo imprescindible, estimado en 2,1 metros, para que los discapacitados en silla de ruedas puedan acceder o bajar de los autobuses.

En algunos casos

se deberá mover algún árbol, farola o vado, o quizá cambiar la parada de lugar ligeramente. Además, han rellenado 300 agujeros alrededor de los árboles, que han causado la caída de bastantes personas al salir del autobús.