Están dispuestos a llevar la protesta hasta sus últimas consecuencias. «A alguno nos van a sacar de aquí con los pies por delante. O nos dan una solución o un ataúd».

Cinco de los mineros de Boliden, en representación de los 73 afectados, están desde ayer en huelga de hambre para exigir a la Junta de Andalucía que cumpla el compromiso firmado en 2002 de garantizarles un empleo «estable e indefinido» que se adecue a su «categoría y cualificación profesional». También mantendrán la acampada a las puertas del Parlamento andaluz.

Cuando hace once años se produce el desastre de Aznalcóllar (rotura de una balsa de residuos de metales pesados de la mina de la empresa Boliden), el Gobierno delegó en la Junta la gestión del patrimonio de la firma sueca a cambio, entre otras cosas, de dar una solución laboral a los más de 400 mineros que se quedaban en el paro.

Las ofertas deberían hacerse antes del 31 de diciembre de 2007 y deberían estar trabajando antes del 31 de diciembre de 2008. Mientras, trabajarían en la empresa pública Egmasa, dedicada a la regeneración medioambiental de la zona.

Los mineros aseguran no haber recibido oferta alguna, salvo una de la mina Cobre-Las Cruces "que no cumple los requisitos mínimos contemplados en el acuerdo, que es garantizar un salario mínimo, sin pluses, de 18.500 euros al año. Nos ofrecen esa cantidad, pero trabajando en horario nocturno, fines de semana, festivos... Y eso no es lo acordado. Sólo dejaremos la huelga si nos presentan por escrito unas ofertas que se ciñan a lo acordado y apruebe la Comisión de Seguimiento".

"Han recibido hasta tres ofertas"

La Junta asegura no haber incumplido ningún acuerdo, ya que «a los mineros se les han ofrecido contratos, además por escrito, en tres ocasiones, y en ninguna de ellas se han incorporado. Estuvieron en Egmasa hasta que fue necesaria su participación, pero no se pueden quedar todos en esta empresa pública».

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