Eva María Tendero y Diego Ramírez, ambos de 31 años, se llevaron ayer uno de los sustos más grandes de su vida. Eran sobre las 00.50 h cuando Eva empezó a sentir dolores. Estaba acostada y rápidamente despertó a su marido. Ambos comprendieron que se había puesto de parto. Apenas 15 minutos después nacía Álvaro, en plena autovía camino a La Arrixaca.

«Todo fue muy rápido. Dejamos a nuestro hijo Diego, que va a cumplir 6 años, en casa de mi cuñado y salimos corriendo. Yo cada vez notaba más dolores hasta que sentí que el bebé estaba sacando la cabeza», explica Eva.

«Paré en el arcén un poco antes de llegar a la salida del barrio del Carmen, puse las luces de emergencia y llamé al 112. Me pasaron con un médico y después me llamó una matrona de la Arrixaca que me explicó lo que hacer hasta que llegara la ambulancia. En un abrir y cerrar de ojos Álvaro ya estaba fuera. Me tuve que quitar una cordonera de las zapatillas para atarle el cordón umbilical», explica el heroico padre.

Ajeno a la expectación

Álvaro, que pesó 2,850 kg, descansa apaciblemente en la habitación 304 de La Arrixaca ajeno a toda la expectación generada. «Es tranquilo y come bien», dice su madre. «En el fondo ha sido un parto muy bueno. No me han tenidoque poner epidural, ni puntos. En cambio, con mi otro hijo necesité 9 horas para que naciera».

Diego, el hermano mayor de Álvaro, está contento y besa al recién llegado. «Ahora está mucho más tranquilo, pero no se quedó durmiendo hasta las 5 de la mañana preguntando si su madre estaba bien», comentan los tíos.

Diego, que trabaja en una fábrica de caucho, y Eva, ama de casa, están ahora felices y encantados con su bebé, que, por el momento y tras el susto, «será el último».