El suceso tuvo lugar la tarde del 15 de marzo de 2020. La Fiscalía recoge en su escrito que el acusado prendió fuego a uno de los contenedores "a sabiendas del peligro que dicha acción entrañaba para la vida e integridad de las personas dado el riesgo de propagación de las llamas" a viviendas y locales cercanos.

El fuego se propagó a los contenedores contiguos y a un vehículo estacionado junto a ellos. Se originó una densa humareda negra que ascendió hasta unos diez pisos, alcanzando la fachada del edificio de viviendas.

Se llegaron a romper los cristales de las ventanas de la vivienda del primer piso, en cuyo interior se encontraba una familia, que tuvo que refugiarse.

El incendio afectó al toldo, letrero e iluminación del local situado en el bajo del edificio, y fue extinguido más tarde por los servicios de emergencias.

La Fiscalía reclama que al acusado indemnice a los particulares afectados por los daños y a la empresa pública Emaya por el coste de los contenedores.