Aunque la jornada dominical invitaba a prodigarse por las calles, cientos de gijoneses prefieron ayer ir de compras con un claro objetivo: conseguir una ganga. La XV edición de la Feria del stock, en el pabellón central del Recinto Ferial, concentró decenas de chollos. Había casi de todo y a precios ‘de crisis'. El cierre de pequeños comercios y el descenso de las ventas en temporada movió a muchos comerciantes a exponer regalos, prendas deportivas, bisutería o calzado.

Esta feria es ya toda una institución en el calendario de compras asturiano y más cuando el bolsillo aprieta. La Unión de Comerciantes Autónomos de Gijón y Carreño, organizadora del acto, exige a los vendedores que el material esté garantizado, sea de calidad y sobre todo, de temporada. No vale vender cualquier cosa. «Lo mejor es que sabes que te llevas algo de plena moda y de calidad que hace sólo unos días te podía costar el doble por el hecho de estar en una tienda», comentaba una de las asiduas a la feria sin perder ni un segundo en revolver en un montón de ropa de niño.

Cada año la variedad es mayor y son más las tiendas que se animan a exponer su mercancía con descuento. Si hace unos años la oferta apenas se componía de ropa y calzado, en esta edición la variedad fue más amplia que nunca: óptica, bisutería, informática... todo concentrado en la Feria de muestras. «Da gusto porque lo tienes todo junto... entras y marchas con medio armario», bromeaba una de las clientas mirando de reojo un perchero de abrigos.

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