Chema García: «A la ciencia ficción se lo perdono todo»

Con ‘El ataque de los robots de Nebulosa-5’, Chema García (Elche, 1981) ha roto moldes en el mundo del corto. Le han bastado 1.500 euros de presupuesto y un torrente de imaginación y humor.
Chema García
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Festivales como los de Curt Ficcions, Digital Short Film, Carabanchel y a nivel internacional Sundance (una mención del jurado que le ha abierto las puertas a otros certámenes en EE UU) han premiado la gracia y la inocencia de un corto de ciencia ficción en el que un joven trata de proteger a su familia de una letal invasión alienígena. El ataque tendrá lugar en «el descampado de cagar los perros de al lado de mi casa», nos cuenta la voz en off con acento murciano del protagonista. Además de este corto, Chema García es el autor de videoclips galardonados como Flashback al revés, del grupo de pop Klaus & Kinski (su líder, Álex, es esa voz en off del corto).

¿Cómo te llegó la inspiración para rodar El ataque de los robots de Nebulosa-5?

Pues viendo películas y leyendo libros, que son mis principales estímulos. Al principio pensaba en una trama más complicada, pero cuando decidí que mi primo, José Manuel Ibarra, fuera el personaje principal, cambió bastante la perspectiva. José Manuel es actor, participa en musicales y obras de teatro en Elche y trabaja como monitor de grupos de personas con discapacidad.

¿Qué presupuesto tenías?

1.500 euros, que es lo que costó el alquiler de la cámara HD durante tres días, porque, aparte de mi primo, la gente que sale son familiares. Mi meta era conseguir hacer un corto que estuviera bien con el mínimo presupuesto.

¿Qué conexión hay entre Nebulosa-5 y anteriores trabajos?

Sobre todo, lo que no quería era complicarme tanto la vida como pasó con mi primer corto profesional, Miaau (2007), que lo rodé en varias ciudades y era más pretencioso. Además me costó mucho dinero. A nivel estilístico, ambos son en blanco y negro y tienen planos parecidos. He aprendido con Nebulosa-5 a cuidar el guión. Los cortos anteriores eran más amateurs. Aneurisma (2000), que ganó premios para menores de 20 años en el Cinema Jove y otros festivales, estaba protagonizado por la hoy bastante conocida Cristina Alcázar, que es de Elche.

La racha de galardones sigue imparable...

Lleva 42. Me sigue sorprendiendo cada nuevo premio, ya que no me esperaba ninguno.

¿Cómo es posible que no se llegase a seleccionar el corto en los Goya?

Había que enviarlo para que pudiera entrar en la selección, y no lo hice. Presentarlo supone un papeleo tremendo, y yo me ocupo de todos los trámites cuando mando el corto a los festivales. En fin, me he enterado demasiado tarde de los pasos que hay que seguir, pero el año que viene seguro que lo presento.

¿Has estudiado cine?

Hice Publicidad, donde se tratan mucho cosas próximas al cine. Era lo más relacionado que había con el audiovisual en Alicante. Antes, en el instituto dimos una asignatura de cine, la típica optativa de Imagen y Sonido donde ya hice algunos cortos. Aparte de todo esto, se aprende mucho como espectador y siempre me ha interesado leer libros sobre dirección, guión, montaje...

¿Qué es para ti la ciencia ficción?

Un género al que se lo perdono todo. Me apasionan las películas de serie B de los años cincuenta, que eran muy ingenuas y divertidas. Este año me ha gustado el largo de Nacho Vigalondo,  Los cronocrímenes. Aunque no sea ciencia ficción, el cineasta que más me impacta actualmente es el austriaco Ulrich Seidl con su alucinante película Import/Export. Tanto los personajes como los encuadres de El ataque de los robots de Nebulosa-5 están influidos por ella. También me gusta el cine de Europa del Este: Michael Haneke, Aki Kairismäki... Toda esa estética fría y gris me motiva mucho.

Si hicieras un largo, ¿sería de ciencia ficción?

Bueno, combinado con otras cosas. Tiendo a mezclar varios géneros y darles la vuelta. Por ejemplo, en Nebulosa-5 quería introducir en el argumento de ataque alienígena y datos cósmicos las situaciones más cotidianas posibles, como lo que hace un chico en su casa. Me encantan esos contrastes.

¿Te están llegando ofertas?

Tengo contactos con bastantes productoras. El ataque de los robots de Nebulosa-5 me ha colocado en el horizonte, se interesan por lo que hago, y eso lo veo con mucha curiosidad.

¿Tienes algún corto favorito?

Por encima de todos, El mal de Schneider, de Javier Chillón. Un corto maravilloso que se lo recomiendo a todo el mundo; es una obra maestra. Otro cortometrajista que me gusta mucho es Velasco Broca: un artista total, con trabajos como La costra láctea o Kinky Hoodoo Voodoo. Miente, el corto de Isabel  de Ocampo que ha ganado el Goya, está muy bien; y La clase, de Beatriz M. Sanchís, es impresionante.

¿Animarías a la gente a hacer cortos?

Claro que sí. No es tan difícil. Te lo pasas bien. Recuerdo que cuando era adolescente, mis primeros filmes me sirvieron para conocer gente y tener muchos amigos al tiempo que aprendía lo que es un rodaje. Al final, por si fuera poco, los cortos eran míos, y eso me llenaba de orgullo.

El ataque de los robots de Nebulosa-5 se puede ver en  www.digitalshortfilmfest.com

 

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