La Princesa de Asturias no sólo sorprendió esta semana en la cena de gala que se celebró en honor al presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, luciendo algunas de las joyas más sofisticadas de la Familia Real, entre ellas una espectacular tiara de estilo neoclásico de platino y diamantes.

Además, Doña Letizia exhibió un rostro envidiable, realzado por un maquillaje oscuro alrededor de los ojos muy favorecedor.

Con la melena suelta y ondulada, un vestido de raso sin mangas y pedrería, las mejillas llenas, alejada de la extrema delgadez de otras ocasiones, la Princesa brillaba espléndida y saludable.

Ya esa misma mañana había despertado unos comentarios similares con un vestido gris que le ceñía especialmente el pecho.

Su nueva figura ya ha despertado las especulaciones sobre si la esposa del Príncipe Felipe estaría esperando un bebé.

Hace sólo  unos días el vidente Rappel vaticinaba que la esposa de Don Felipe tendría un tercer y último hijo, y que además éste sería varón.

Por su parte fuentes de la Casa Real, que hace aproximadamente un mes desmintieron los rumores sobre un embarazo de la Princesa de Asturias, han declarado ahora que  no tienen "novedades" sobre este asunto.

Uno de nuestros lectores, Satine, aporta un dato: la Princesa brindó con el resto de comensales, pero después, en vez de dar un sorbo como hicieron el resto de comensales, dejó su copa en la mesa, sin probar ni gota.