Así, según informa la Guardia Civil en un comunicado, se les atribuyen delitos continuados contra el patrimonio, daños y hurtos, además de lesiones y amenazas. En este sentido, explica que durante los meses de noviembre y diciembre de 2020 se tuvo conocimiento, a través de personas relacionadas con el mundo de la ganadería, concretamente dedicada a la cría del cerdo ibérico de bellota, de que "un número indeterminado de vacas de la raza retinta-limusina, marcadas a fuego con la letra 'G', estarían invadiendo las fincas de pequeños ganaderos del lugar, alimentándose de "montanera" -bellota caída de las encinas y alcornoques- y pastos, causando además, graves daños en las mallas ganaderas".

Estos hechos coincidían con múltiples avisos recibidos por usuarios de las vías de comunicación existentes entre las localidades de Almadén de la Plata, El Real de la Jara y Santa Olalla del Cala sobre avistamiento de reses obstaculizando dichas carreteras, "con el consecuente peligro que esto estaba ocasionando".

Por ello, la Guardia Civil de Almadén de la Plata comenzó la denominada Operación Montanera, recabando información para averiguar la titularidad de estos animales, tomando declaraciones a perjudicados y testigos, realizando inspecciones técnico oculares en las fincas afectadas por personal especialista en la investigación de este tipo de delitos, el Equipo ROCA, y otras diligencias de investigación, que dieron lugar a la detención e investigación de los miembros de esta familia ganadera.

Según señala, éstos, "desde hacía varios años, venían facilitando la entrada de su propio ganado a fincas ajenas, de forma deliberada, liberando las reses desde su zona de estabulación, todo ello con el único fin de obtener el aprovechamiento de la montanera y pastos de forma ilícita, actuando de forma amenazante contra los ganaderos de la zona cuando les recriminaban dichas conductas ilícitas, llegando incluso a causar lesiones de diversa consideración a uno de ellos, todo ello con el fin de evitar que estos interpusieran la correspondiente denuncia por miedo a represalias".

Los ganaderos de las localidades afectadas, tan solo en 2020, han valorado las perdidas económicas en más de 30.000 euros, además de los "graves perjuicios que pudieran causar los hechos al sector del cerdo ibérico, por no poder los inspectores de las empresas certificadoras de calidad verificar la entrada en montanera", es decir, la existencia de suficiente cantidad de bellota en las dehesas por cada unidad de cabeza de ganado, "lo que impediría certificar la pureza del cerdo ibérico de bellota, motor económico de la zona".

Tras finalizar el grueso de la investigación, se ha detenido al presunto autor principal de los hechos, al cual le han sido retiradas tanto la licencia de armas, como tres escopetas de su propiedad de manera cautelar, mientras se instruye la causa, por la "conducta amenazante llevada a cabo contra los ganaderos perjudicados", unas armas que han quedado a disposición judicial, procediendo también la Guardia Civil a investigar a su mujer e hijo por los mismos hechos.

El juez titular del Juzgado Único Mixto de Cazalla de la Sierra (Sevilla), ha acordado, entre otras medidas cautelares, el pago de una fianza para sufragar las pérdidas económicas producidas por el ganado, una orden de alejamiento hacia uno de los ganaderos afectados, instando de forma inmediata al detenido de la obligación de estabular debidamente el ganado de su propiedad, sin posibilidad de que este pueda abandonar el recinto habilitado para ello, con "el fin de evitar el grave peligro que pudieran ocasionar las reses sueltas a los usuarios de las vías", evitando también el acceso del ganado a fincas de titularidad ajena, así como justificación económica de la adquisición del alimento para sus animales, "finalizándose así con el clima de crispación que venían sufriendo los ganaderos de las localidades afectadas".