Así lo ha destacado la vicepresidenta y consellera de Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, tras el pleno semanal, para justificar que la tardanza se debe a que es un proceso más laborioso que el de la gripe.

Una vez acabe la vacunación de las residencias sin infectados comenzará la de los centros en función del nivel de contagios (de menos a más), gracias a las 30.000 dosis recibidas de la vacuna de Pzifer. A estas se sumarán otras 50.000 de la de Moderna entre enero y febrero, aunque "probablemente no llegarán a la vez".

Oltra también ha resaltado que la consellera de Sanidad, Ana Barceló, anunció la previsión de aumentar el ritmo de vacunación durante esta semana y continuar así "sostenidamente para proteger al máximo número de personas posible en el menor tiempo".

En todo caso, ha remarcado que es una vacuna laboriosa porque el vial no está preparado como el de la gripe y se tiene que mezclar con otras soluciones para que "no se desperdicie ni un mililitro", junto a la complicación que supone la temperatura a la que se tiene que conservar.

También hay que repasar el historial médico de cada persona que se vacuna en las residencias. "Se tiene que registrar todo: no es una vacuna que uno pueda pensar que pone a diez en fila y va enchufándole", ha ilustrado la también portavoz del Consell.

Por todo ello ha hecho hincapié en los motivos por los que el ritmo de vacunación actual no es el mismo de la gripe, con 1,3 millones de vacunados esta campaña. Pero ha resaltado que "cada día van ganando en destreza y ritmo las personas que la administran".

CONTAR CON LA SANIDAD PRIVADA

Oltra también ha garantizado que, en función de las necesidades, la Conselleria de Sanidad contará con todos los recursos a su disposición, incluidos los de la sanidad privada como hizo en la primera ola. Se trata de una propuesta que ha lanzado este viernes el líder autonómico de Cs, Toni Cantó.