Sus más de dos mil años de historia han convertido a la ciudad de Zaragoza en un gran crisol de culturas. Romanos, musulmanes, judíos y cristianos dejaron huella de su paso por este cruce de caminos, de ahí que la lista de monumentos que te espera por ver sea infinita.
La basílica del Pilar, el mayor templo barroco de España, es el símbolo de la ciudad por excelencia. El palacio de la Aljafería y la catedral del Salvador, más conocida como La Seo, son las otras dos joyas artísticas que no nos podemos perder en Zaragoza.
Está claro que la capital de Aragón es una ciudad dinámica y moderna donde no hay tiempo para el aburrimiento. Pero si ya la hemos recorrido, podemos ocuparnos de sus alrededores. Estos son 9 lugares para visitar a menos de una hora de Zaragoza.
Fuendetodos
La figura de Goya ha hecho que el nombre de Fuendetodos sea conocido en todo el mundo. Una visita a la localidad nos permite conocer su Casa Natal, que alberga una exposición de objetos y muebles de la época. También, el Museo del Grabado, en el que se exponen las cuatro series de grabados del artista: Caprichos, Desastres, Tauromaquia y Disparates. A las afueras, el espacio de naturaleza Fuendeverde.
Belchite
Justo al lado del nuevo Belchite, se mantienen en pie las famosas ruinas del Pueblo Viejo, bombardeado y arrasado durante la Guerra Civil. Muchas de las ruinas todavía conservan la grandeza del pasado, como las de la iglesia de San Martín de Tours, la torre del Reloj o los arcos de la Villa y de San Roque. Belchite está situado en una de las zonas más áridas de Aragón, pero cerca del pueblo hay dos zonas protegidas de interés: el Refugio de Fauna Silvestre de La Lomaza y la Reserva Ornitológica El Planerón.
Galacho de Juslibol
En Aragón llaman galacho a los antiguos meandros de un río ya abandonados. El de Juslibol ocupa unas 100 hectáreas y es un lugar único y singular. Aquí confluyen ecosistemas muy diferentes: el río Ebro, las lagunas (antiguas graveras) y el galacho (antiguo meandro del Ebro), los cortados de yesos y la zona esteparia, desde donde se puede observar el paisaje característico del valle medio del Ebro.
Galacho de La Alfranca
Se trata de uno de los ecosistemas ribereños mejor conservados de Aragón. El galacho de La Alfranca es un espacio natural protegido situado en Pastriz, junto al río Ebro y a tan solo 15 kilómetros de Zaragoza.
Anento
Situado en el valle del Jiloca, es uno de los pueblos más bonitos de España. Por el encanto de sus callejuelas medievales, el frondoso valle que lo rodea, sus casas típicas, sus rincones floridos y el castillo que se alza sobre sus tejados. Y antes de llegar el Aguallueve, un espectacular manantial con paredes de piedra y musgo que esconde pequeñas grutas en su interior.
Muel
Naturaleza, arte e historia, a 30 kilómetros de Zaragoza. El parque municipal de Muel es un un bonito entorno natural bañado por el río Huerva. En lo alto del parque se encuentra la ermita de la Virgen de la Fuente, cuyas pechinas fueron pintadas por Goya en 1770. La tradición alfarera de Muel se remonta al siglo XI. Su cerámica, de tonos blancos y azules, está reconocida mundialmente.
Pedrola
Atesora un majestuoso palacio renacentista construido en el siglo XVI por la todopoderosa familia de los Luna: el palacio de la Duquesa de Villahermosa. Está rodeado de unos espectaculares jardines y conserva en su interior tres obras de Goya.
Cadrete
A tan solo veinte minutos de Zaragoza, este pueblo presume de castillo, el mejor conservado de la ribera del Bajo Huerva. Esta magnífica fortaleza musulmana construida a finales del siglo X fue utilizada por Aderramán III como cuartel general en su asedio a Saraqusta. Su emplazamiento, dominando el valle del Huerva, aprovecha unos acantilados de 70 metros de altura como defensa natural.
Trasmoz
Vigilada por su antiguo castillo, imponente y desafiante al paso del tiempo, Trasmoz debe su fama a las leyendas que la han convertido en frecuente escenario de aquelarres de brujas. Las leyendas cuentan que su castillo era lugar de reunión de las brujas de la zona. El pueblo cuenta con un Museo dedicado a la brujería y a las supersticiones. Desde la torre del homenaje del castillo se tiene una bella panorámica del valle.
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