California vuelve a hacer historia después de que su Congreso haya sido el primero de EEUU que aprueba el matrimonio homosexual, pero su gobernador, el republicano Arnold Schwarzenegger, ha amenazado con frenar esa ley.

Este cambio en la definición del matrimonio, hasta ahora considerado la unión de un hombre y una mujer, abre la puerta a los casamientos entre homosexuales.

La medida fue aprobada el pasado 1 de septiembre en el Senado estatal, dominado por los demócratas, con 21 votos a favor y 15 en contra, todos ellos senadores republicanos a excepción de un demócrata.

La aprobación en el Congreso estatal, a última hora del martes, fue más difícil, con un margen de 41 votos a favor y 35 en contra. Hubo incluso momentos de tensión con el voto del demócrata Simon Salinas, que se lo pensó durante varios segundos antes de pulsar el botón del sí e inclinar la balanza al resultado final de 41 a 35.

Pero ahora, la medida, cuya aprobación fue recibida con vítores entre la comunidad homosexual, deberá ser promulgada por el gobernador Schwarzenegger. Y hasta la fecha, el talante liberal de este gobernador republicano y actor de cine que suele mencionar con orgullo las numerosas amistades que posee en la comunidad "gay", parece estar en contra del proceso de aprobación de la nueva ley.

Según su portavoz, Margarita Thompson, Schwarzenegger es de la opinión de que esta decisión debe ser tomada o bien en unas elecciones o por los tribunales. "El aceptará la decisión del tribunal", subrayó Thompson.

Este fue el camino seguido en estados como Massachusetts o Vermont, donde la aprobación de los matrimonios homosexuales vino del tribunal supremo estatal.

La aprobación en California de una nueva legislación en materia matrimonial supone un paso más en favor de un derecho que ha generado una gran polémica no sólo en este estado sino en todo el país.

Hasta la fecha, la legislación californiana describía el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer pero reconocía la existencia de parejas de hecho del mismo sexo a las que concede muchos de los derechos que los de las uniones heterosexuales.

California fue uno de los principales caballos de batalla en el debate sobre la legalización del matrimonio entre homosexuales, después de que el pasado año el alcalde de San Francisco, Gavin Newsom, permitiese el casamiento de más de 4.000 parejas del mismo sexo.

Sin embargo, la última vez que el tema llegó a las urnas en forma de una proposición de ley en defensa del matrimonio tradicional contó con el respaldo de la mayoría de los electores.

Bautizada como "Protección del matrimonio", la propuesta recibió hace cinco años el respaldo del 61 por ciento de los californianos. Este fue uno de los argumentos esgrimidos en el Congreso contra la nueva ley por el legislador republicano Jay La Suer, que la describió como una traición a los electores.

Pero los defensores del matrimonio homosexual citaron a la historia como su mejor aliado y, según el demócrata Paul Koretz, el matrimonio homosexual es el último resquicio de discriminación "y ha llegado el momento de ponerle fin". "Quedará reflejado en la historia si empujamos un poco, si tomamos la delantera en favor de la tolerancia, para promover la igualdad y la ecuanimidad", añadió el también demócrata Tom Umberg, cuyo voto también fue crucial en el Congreso, la misma cámara que en junio pasado rechazó esta misma propuesta por sólo cuatro votos de diferencia.

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