Los hechos sucedieron el pasado 31 de diciembre cuando, alrededor de las 1.30 horas de la madrugada, los agentes observaron rota la cristalera de un establecimiento. El interior estaba revuelto y se encontraron restos de sangre.
La Policía Local interceptó a un individuo a 50 metros del establecimiento que estaba intentando cortar el candado de una bicicleta y que coincidía con las características aportadas por un testigo del robo.
Asimismo, en algunos de los objetos que llevaba el ahora detenido había gotas de sangre y entre sus pertenencias se encontraron objetivos del establecimiento, así como unas tenazas.
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