Según un comunicado, el Mas de Santa Magdalena fue utilizado por el ejército republicano como hospital de guerra durante la Batalla del Ebro, y la mayoría de fosas tenían unas dimensiones de dos metros de largo por medio metro de ancho.

Hasta el momento, los arqueólogos han abierto una fosa que es más grande que las otras, donde han aparecido 13 individuos, y han encontrado un depósito con material médico de hospital como tubos o botellas de vidrio.

HOSPITAL DE TRIAJE

El Mas de Santa Magdalena está ubicado cerca de donde se encontraba el frente de guerra y funcionaba como hospital de triaje donde los médicos operaban de urgencia a los heridos más graves, y el resto eran trasladados a otros hospitales.

En el Mas de Santa Magdalena había soldados que ya llegaban sin vida o que no sobrevivían a las operaciones, y los cadáveres se enterraban en fosas de la finca.

Este hospital de guerra funcionó durante agosto y septiembre de 1938, y uno de los directores fue el médico neozelandés Douglas Jolly, que después se acabaría convirtiendo en un profesional de referencia de la medicina de guerra.

Para identificar a los individuos de la fosa se utiliza una libreta donde en su momento un médico del hospital, el doctor Miquel Gras Artero, anotó el nombre de una treintena de soldados que murieron durante la estancia en el Mas.

En la lista del doctor Gras aparece el nombre del soldado Josep Aubeso, que coincide con uno de los casos que figuran en el Censo de desaparecidos de la Generalitat.

PLAN DE FOSAS

El Mas de Santa Magdalena es una nueva actuación del Plan de fosas, el programa que desde 2017 planifica y calendariza la apertura de fosas y los trabajos para identificar las víctimas, y ha facilitado la apertura de 33 fosas y la recuperación de los restos mortales de 339 personas.

Ocho de los 339 restos mortales han sido identificados con el Programa de identificación genética, un programa que dispone actualmente de unas 2.500 muestras de ADN de donantes vivos y de unos 300 perfiles genéticos de restos de fosas.

MUESTRAS ADN

Cada extracción de ADN de un individuo de una fosa tiene un coste aproximado de unos 1.000 euros, y la donación de ADN por parte de los familiares es gratuita y indolora, y es clave para poder identificar las víctimas.

Se calcula que en Catalunya hay unas 20.000 personas enterradas en fosas de la Guerra Civil, y la Dirección General de Memòria Democràtica tiene documentadas 527 fosas.