Bailar en silencio, una tendencia al alza en Barcelona para conectar con uno mismo y exteriorizar las emociones

  • Los asistentes escuchan la misma música de forma individual a través de sus auriculares.
  • El cierre de salas de baile a raíz de la pandemia ha favorecido a la organización de esta actividad.
Un grupo de personas baila en silencio en el Parc de la Ciutadella.
Un grupo de personas baila en silencio en el Parc de la Ciutadella, el pasado domingo.
HUGO FERNÁNDEZ
Un grupo de personas baila en silencio en el Parc de la Ciutadella.

Una treintena de personas se junta cada fin de semana en Barcelona desde hace ya más de dos meses para bailar en silencio. Quedan en un espacio abierto y dan al play desde sus auriculares. Todos escuchan la misma música a la vez, pero lo hacen desde sus teléfonos móviles de forma individual. Durante una hora y cuarto los asistentes se mueven según lo que su cuerpo siente en ese instante, conectan con sus emociones y las exteriorizan a través del ritmo de la música. La única norma es que no se puede hablar.

Así lo explica el organizador del evento, Xavier Pañella, encargado de crear un círculo de bienvenida entre los presentes y, una vez terminada la sesión, cerrar el ritual. Esta actividad se establece en Barcelona desde la base del ecstatic dance, una forma de danza en que los bailarines se dejan llevar de manera deliberada en función del ritmo que escuchan. 

A través de ritmos de música electrónica, africana y latina, "se trata de conectar con la música, el cuerpo y el entorno", comenta Pañella. En forma de viaje, el ritual empieza con melodías lentas para "despertar el cuerpo", sigue con ritmos más movidos "hasta soltarte" y acaba con música de reposo. 

Ahora, con las salas cerradas a causa de la pandemia, sostiene su organizador, "hay que promover el baile". De hecho, comenta que ha notado que los que acuden "tienen ganas de seguir haciéndolo". Tras estar "toda la semana encerrados en casa", con la interacción social limitada, liberan las tensiones en este encuentro. Normalmente varían entre el espigón de la playa del Poblenou y el Parc de la Ciutadella, espacios al aire libre en los que se puede garantizar la distancia de seguridad sin perder la esencia de este "baile ritual".

Asistentes al evento organizado en Barcelona cada fin de semana para bailar en silencio.
Asistentes al evento organizado en Barcelona cada fin de semana para bailar en silencio.
HUGO FERNÁNDEZ

"Es interesante ver el doble juego porque conectas contigo mismo y a la vez con los demás", asegura. Cada uno baila para sí mismo, pero al estar escuchando la misma música, se dan interacciones entre los compañeros. 

Aun así, reconoce Pañella, muchas veces se ven bailando bajo la atenta mirada de desconcertados que no entienden en qué consiste el movimiento. En algunas ocasiones, se acercan y preguntan. En otras simplemente atienden. "Es una buena manera de perder la vergüenza".

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