Tras el acto en el Praza do Obradoiro, donde el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, pasó revista a las tropas, el acto ha comenzado en el interior de la Catedral con el 'botafumeiro', que llevaba sin funcionar desde enero de 2019 debido a las obras realizadas en la iglesia.

La restauración de la Catedral también motivó que la última ceremonia jacobea que se había celebrado en la iglesia fuera la Traslación del Apóstol de 2018.

En su ofrenda como delegado regio, Núñez Feijóo, que ha hecho referencia a la "reinauguración" de la Catedrdal hace pocos días, ha aprovechado su discurso para "subrayar el imprescindible papel unificador de la Corona de España, reconocido por la Constitución como monarquía parlamentaria".

Feijóo, que vuelve a ejercer este papel después de tres años en que se ocupó de él el presidente del Parlamento, Miguel Santalices, ha apelado a la "armonía" para "superar desafíos como el planteado por la pandemia" de la covid-19.

"Ha sido el año que se despide un tiempo aciago, dominado por la tristeza y el temor. Muchos fueron los seres queridos, amigos, allegados y compatriotas cuya vida fue arrebatada. Muchos los hospitalizados y los que sufrieron la enfermedad. Pero también ha sido el año en el que la humanidad recobró su auténtica dimensión", ha destacado.

En este sentido, ha valorado la labor de sanitarios, asistentes sociales, cuidadores, agentes, militares, profesores, mensajeros, vendedores y también el trabajo científico de numerosos investigadores que "logra que este final de año venga marcado por el signo de la esperanza, y no por el del pesimismo".

Para terminar, entre alusiones al Camino de Santiago en vísperas del Xacobeo 2021, el titular del Gobierno gallego ha afirmado que "Galicia es albacea de ese espíritu europeísta más necesario que nunca".

"DESAFÍO MORAL Y ÉTICO"

A continuación, en la homilía, el arzobispo compostelano, Julián Barrio, ha destacado que "la distancia social aconsejada" para hacer frente a la crisis humanitaria y sanitaria "ha de acrecentar la cercanía del corazón". "Este es hoy nuestro desafío moral y ético, como lo fue para los contemporáneos del apóstol Santiago que reconocieron en Cristo la presencia de Dios", ha subrayado.

En este sentido, ha apuntado que "la persona busca siempre remedios a sus males, sobre todo a aquellos ante los que se siente impotente, agarrándose a toda esperanza", antes de apostillar que "Cristo, Palabra de la vida, no es el curandero de última hora al que recurrir".

"En el momento en que estamos viviendo, después de que la pandemia del coronavirus nos hizo a todos conscientes de lo frágiles y vulnerables que somos, de cuánto dependemos de lo que sucede, estas palabras destacan con una evidencia renovada y dramática debido a su alcance", ha afirmado.

Así, "con confianza", ha puesto sobre el Altar la ofrenda del delegado regio, "teniendo en cuenta las intenciones de sus majestades y de la familia real", de los gobernantes estatales, autonómicos y locales, de las familias "que lloran la pérdida de sus seres queridos por la pandemia u otras causas" y de "todos" los que forman "los distintos pueblos de España".