Las bandas de ladrones de cobre se pusieron las botas el pasado otoño con los cables de la iluminación de las carreteras madrileñas. Se dedicaron al saqueo y dejaron a oscuras a los conductores. Ahora, cuatro meses después, una decena de tramos continúan sin luz, según reconocen el Ministerio de Fomento y la Consejería de Transportes, las administraciones responsables de su reparación.

Tanto el Ministerio como la Consejería se niegan a informar sobre el coste de los robos y los puntos más afectados. Sin embargo, los conductores particulares y los camioneros de Fenadismer (patronal de los transportistas) saben muy bien cuáles son los tramos sin iluminación: la mayor parte están en las vías de circunvalación M-40 y M-50 (dependientes de la Comunidad) y en los accesos a la capital desde las autovías nacionales (de Fomento), según los usuarios de las carreteras.

Concretamente, en el sur están a oscuras el enlace de la M-40 con la M-45 (junto al barrio La Fortuna de Leganés); el tramo de la A-4 (carretera de Andalucía) entre la M-45 y la M-40; varios tramos de la M-50 entre Alcorcón y Getafe; y el enlace de la M-50 con la A-4. Ya en el norte, hay falta de iluminación en la M-40 entre la A-1 y la M-11 (a la altura de Las Tablas y La Moraleja), en el enlace de la M-40 con la M-607, y la M-104 en el acceso a Colmenar Viejo.

La seguridad vial, "en peligro"

Además, la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) añade otros tres tramos: la A-3 (carretera de Valencia) a su paso por Arganda del Rey; la A-1 junto al centro comercial Plaza Norte (en San Sebastián de los Reyes), y la M-501 en el municipio de Quijorna.

Los conductores acusan a los gobiernos central y regional de "abandono del mantenimiento de las vías" y de poner "en peligro la seguridad vial", según Mario Arnaldo, de Automovilistas Europeos. También sospechan que la falta de luz "se debe a una política de ahorro ante la crisis". Sin embargo, las administraciones defienden que renuevan las luces "cuando se detectan fallos". Para evitar más robos ponen cierres de hormigón "para que los ladrones no puedan acceder a los cables", explican en Transportes.

De momento, los saqueadores de cobre están dando un respiro a la región. "Los robos van por épocas; actuaron mucho en otoño, pero ahora están tranquilas", cuenta el secretario general de la AUGC, Joaquín Cánovas.

Ladrones electrocutados

"Abren la arqueta de la luz, enganchan el cable a un coche y tiran para arrancarlo". Es un modus operandi "muy peligroso", según Cánovas, que recuerda que en 2008 murieron tres ladrones electrocutados en pleno pillaje. Luego lo llevan a algún poblado chabolista, lo queman para separarlo del plástico aislante y lo venden en chatarrerías. En el mercado negro se suelen pagar siete euros por cada kilo de cobre, según expertos en la materia.