Rocío Carrasco afronta su Navidad más difícil: en un momento delicado y sin las Campos

Rocio Carrasco, en un encuentro con la prensa, en Madrid.
Rocio Carrasco, en un encuentro con la prensa, en Madrid.
GTRES
Rocio Carrasco, en un encuentro con la prensa, en Madrid.

Solo hace falta haber leído al menos una noticia sobre Rocío Carrasco este 2020 para saber que, desgraciadamente para la hija de Rocío Jurado, este año no solo ha sido un annus horribilis a causa del coronavirus, sino que se le han ido acumulando los infortunios y que, si había alguna forma de expiarlos en estas fechas, entre las medidas de prevención de contagios y su situación actual es bastante probable que se encuentre ante una de las peores épocas navideñas de su vida.

Tal y como destaca la revista Lecturas, la empresaria de 43 años ha tenido que lidiar con demasiados frentes abiertos en los últimos doce meses como para que la magia de estas fiestas los resuelvan en un pispás. De hecho, puede que la única gran noticia haya sido que por fin va a poder poner en marcha el museo dedicado a su madre.

Tal y como informó La voz del sur, el Ayuntamiento de Chipiona (localidad natal de La más grande) será el benefactor de ayuda económica proveniente de la Consejería de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración de la Junta de Andalucía, cifrada por el citado medio en 107.230,47 euros. Esta subvención será destinada enteramente al proyecto.

Pero más allá de ello, como decíamos, la multitud de malaventuranzas que ha traído consigo el año que ya acaba para la esposa de Fidel Albiac es una ristra incluso difícil de resumir, empezando, claro, por la relación rota por completo que mantiene con sus dos hijos, Rocío Flores y David Flores.

Aunque hubo conatos de acercamiento, todo ha quedado en agua de borrajas. A esto hay que añadir no solo el nuevo enfrentamiento del matrimonio con Jesús Alba, el representante de Amador Mohedano -quien también ha acusado a Albiac de ser "la ruina" de su sobrina-, sino por supuesto esa némesis que supone para ellos Antonio David (y que también funciona en sentido contrario).

El ex Guardia Civil y exmarido de Rocío Carrasco recientemente lanzó la última piedra con unas durísimas declaraciones ("Si Rocío Jurado levantara la cabeza, cambiaría el testamento") que no hacen sino certificar que su lucha judicial en los tribunales, más allá de la cuestión crematística, tiene sobre todo unos importantes componentes emocionales.

Pero hablando de la cuestión monetaria: lo que ha supuesto un verdadero quebradero de cabeza ha sido la posibilidad de desahucio por unos impagos que se han visto agravados teniendo en cuenta los proyectos laborales y profesionales que ambos tenían y que la crisis de la Covid-19 han hecho imposibles.

Porque al hecho de que la temporada de Lazos de sangre, el regreso de Carrasco a televisión, terminase en septiembre, quedándose sin su puesto fijo -a pesar de que Rocío ha intervenido menos de lo que la audiencia esperaba- hay que sumar el triste revés de ver inane cualquier esfuerzo por sacar adelante Qué no daría yo por ser... Rocío Jurado, el musical sobre la célebre cantante al que la pandemia azotó nada más comenzar su gira.

Por todo ello se esperan unas navidades muy agrias en su casa y, sobre todo, muy solitarias. No es solo que Carrasco y Albiac no vayan a poder contar con los hijos de ella -algo lógico visto lo visto-, sino que tampoco podrán invitar a comer a quienes han sido sus grande aliadas y apoyos.

El clan Campos ha sido durante los últimos años un refugio para la hija de Rocío Jurado, pasando con María Teresa Campos y sus hijas, Terelu Campos y Carmen Borrego, estas fechas tan especiales como si de su otra familia se tratase. Pero la pandemia obliga a tomar precauciones.

Por un lado, la veterana presentadora es una persona de riesgo por su edad, por lo que, tal y como comentó Terelu en Viva la vida, la idea que han tenido es pasar estas fiestas reuniéndose las tres generaciones: ella, su madre y su hija, Alejandra Rubio.

Esto, que sospechamos que no pilló por sorpresa a Rocío Carrasco porque lo tendrían hablado dada la amistad que las une, tuvo como consecuencia aquella frase de resignación que le espetó a Emma García en el mismo programa: "Son Navidades diferentes y hay que acostumbrarse".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento