El concurso eólico, uno de los asuntos más polémicos de la última parte de la pasada legislatura, se ha metido de lleno en la campaña electoral. Con el BNG solo en su postura -el PSOE llegó a abandonar la comisión de reparto de los parques-, el PP ya ha anunciado que revisará y "en su caso anulará" las concesiones si se hace con la victoria el 1-M.

Pero la ‘batalla verde', la que se libra entre los tres programas de los principales partidos gallegos, tiene más objetivos, alguno de ellos común. Todos coinciden en señalar al desarrollo sostenible como clave en el futuro de Galicia, pero están en guerra en lo que se refiere a las energías renovables.

Los socialistas prometen reducir el consumo en un 1,7% anual, mientras que el BNG se marca objetivos a más largo plaza y habla de que en el año 2012 el 95% del consumo energético "sea cubierto con fuentes limpias". El PP, por su parte, apunta a la instalación de paneles solares en los hogares gallegos, y se centra en prometer planes de gasificación residencial e industrial.

Por si faltaban argumentos para la contienda medioambiental, la gestión de residuos -otro de los aspectos más criticados por la oposición durante toda la legislatura- también entiende de bandos y baile de cifras.

Los nacionalistas proyectan el Plan Gallego de Compostaje, que pretende llegar al 30% en materia orgánica tratable. El PSOE aboga por llegar al 25% en los próximos cuatro años, y el partido liderado por Alberto Núñez Feijóo se inclina por instalar puntos limpios en los municipios de más de 3.000 habitantes.

Al margen de estos pilares de la lucha en el terreno medioambiental, el traslado de ENCE a la ría de Pontevedra, el parque de las Illas Atlánticas también están dando juego político a la campaña electoral. Habrá que ver si en apenas nueve días el programa da o no resultados.

Lucha contra el cambio climático

El problema del cambio climático también está presente a diario en los mítines. Socialistas y nacionalistas se centran en asegurar que la solución pasa por transportes más eficientes para la preservación del ecosistema, ya que entienden que es en este sector donde más contaminación se produce. Por su parte, el PP señala a la tierra como su posible respuesta al problema de llegar a la Xunta: los populares se apoyan en el cultivo energético en terrenos abandonados.

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