Son muchos los misterios que rodean a la cantante Sia, pero entre ellos desde luego no se encuentra su edad, dado que la australiana (nació en la ciudad de Adelaida, al sur del país) ha cumplido este 18 de diciembre 45 años. Y vamos a repasar tanto su trayectoria profesional como la más íntima.

Sia adoptó a uno de sus hijos tras conocer su historia en un documental

La carrera en la industria musical de la cantante, como recoge el portal Vanitatis en un amplio reportaje, comenzó durante la década de los años 90, formando parte de de un grupo de jazz que llevaba por nombre Crisp. Sin embargo, tras la disolución de esta banda entró como vocalista principal del grupo Zero 7.

Hay que tener en cuenta que ni en esta época ni cuando ya en el siglo XXI empezó su periplo en solitario -etapa en la que su éxito era reconocido en sus primeras veces tanto en su Oceanía natal como internacionalmente- la artista ocultaba su rostro.

¿Y por qué razón ese cambio tan drástico? La respuesta es sencilla: la atención mediática. Tantos focos apuntando hacia Sia hicieron que se agravaran ciertas enfermedades que padece, en especial su depresión, que empeoró radicalmente y que se unió a otras dolencias, como el trastorno bipolar, un trastorno autoinmune y hasta dos intentos de suicidios.

De ellos ha hablado en varias ocasiones. Con la revista Rolling Stone explicó que la noche que escribió la canción Breathe me mezcló una de sus adicciones (el alcohol; la otra han sido las drogas) en forma de una botella de vodka, y Valium. "Desafortunadamente con un Valium lo único que puedes hacer es dormirte, o debería decir afortunadamente", reveló.

La segunda ocasión en la que intentó quitarse la vida lo hizo registrándose en un hotel y dejando una nota para los empleados (para ahorrarles el encontrar un cadáver): "Por favor, no entréis. Estoy muerta dentro, llamad a la ambulancia". Por suerte, la llamada de un amigo salvó a la artista.

Esta espiral de autodestrucción, como suele rezar el cliché, provino de un suceso traumático: la muerte de su primer amor, Dan Pontifex, un camarero con el que había salido un año y medio y con el que mantenía una gran amistad a pesar de haber roto, como demuestra el viaje por Europa que estaban planeando juntos hasta que Pontifex fue atropellado fatalmente por un taxi.

Esa experiencia fue resucitada por los medios nuevamente después de que comenzase a ser la artista reconocida que es ahora, tras ser la encargada de escribir canciones para grandes nombres como Rihanna o Kylie Minogue o que su ya inconfundible voz apareciese en grandes hits como Titanium de David Ghetta o Wild Ones de Flo Rida. Ya antes de que su single más conocido, Chandelier, llegase a nuestros oídos su decisión estaba tomada: su rostro era solo suyo.

De hecho, le ha venido estupendamente que casi nadie conozca su cara desde que se hizo famosa para poder ligar a través de la aplicación Tinder. "He tenido un par de citas, y fueron muy bien. Fue divertido, una buena práctica. Estoy intentando ejercitar esa intimidad", aseguró en la ya citada entrevista con Rolling Stone, aparte de haber comentado en más de una ocasión que es bisexual.

Recientemente la cantante se ha pronunciado a favor de FKA twigs en sus críticas hacia el actor Shia LaBeouf pidiéndole a las mujeres que se alejen de él. Le conoce bien porque la bailarina adolescente Maddie Ziegler fue su trasunto en el videoclip que grabó con el intérprete para su tema Elastic Heart, otro de sus grandes éxitos.