En Cañada de la Leña, una pequeña aldea de Abanilla, vive una pareja alemana desde 1998. El 23 de mayo, la empresa que suministra la electricidad les cortó la luz y desde entonces han tenido que soportar temperaturas de hasta seis grados bajo cero.

"Nos han cortado la luz porque quieren que nos vayamos, porque somos alemanes", denuncia Bernhard Jonigk, un periodista que vive en silla de ruedas por culpa de una apoplejía.

La pareja denunció ante la Policía Nacional a la empresa que suministra la electricidad, Leandro Pérez Alfonso S L., pero todavía están esperando que les llamen del juzgado de Cieza. Dicen estar desesperados y que hasta en el Consulado de Alemania en Alicante les dicen que no pueden hacer nada porque es un asunto privado.

"Vinieron con una máquina para entrar en mi propiedad y nos amenazaron", explica Sonja Jonigk, que tiene que atender en casi todo a su esposo discapacitado.

Encontronazos

La versión de la empresa es distinta. "Hay unos contadores de la luz en su propiedad y tenemos que sacarlos fuera para darle servicio a otros vecinos, pero cuando fuimos nos echó y amenazó con una pistola, que luego resultó ser de fogueo", explica Leandro Pérez, el dueño de la empresa a 20 minutos."También nos debe un dinero", añade.

En cualquier caso, en este tiempo el matrimonio ha tenido que vivir con velas, comprando hielo para enfriar los productos en el frigorífico o estar muy abrigados. Sólo desde hace un mes disfrutan de unas horas de luz tras comprar un generador.

"Vivimos con 700 euros al mes de una pensión y 411 euros por mi grado de dependencia. Con los gastos sólo tenemos 150 euros para el mes", cuenta la pareja que asegura que "muchos ingleses y alemanes están decidiendo volverse a su país".

Una pequeña compañía

La empresa Leandro Pérez Alfonso SL cuenta con autorización para suministrar la electricidad en un conglomerado de pequeñas poblaciones del municipio de Abanilla desde 1958. Así, se encarga de suministrar el servicio a Cañada de la Leña, Barinas y Macisvenda (Abanilla).

También a Cañada de Trigo (Jumilla). "Tiene mucha influencia y por eso la gente se calla", denuncia Bernhard Jonigk, un alemán al que le cortaron la luz en mayo pasado.