La actuación de reparación interior de la Cofradía de Viñeros, situada en la iglesia de La Aurora y Divina Providencia, rebautizada como iglesia de Santa Catalina, está destinada a reparar diversos elementos del interior del templo, frenar y reparar el estado de deterioro que presentan los revestimientos de muros, bóvedas y suelos afectados por la humedad; así como renovar el saneamiento y los elementos eléctricos, entre otros.

El coste total de la intervención asciende a la cantidad de 163.611,03 euros, sufragados a través de una subvención del IMV concedida al Obispado de Málaga que es el propietario del inmueble, han informado desde el Ayuntamiento en un comunicado.

Las actuaciones de rehabilitación fueron adjudicadas a la empresa ECSA Obra Pública y Civil, SL, cuya dirección facultativa ha estado a cargo del arquitecto técnico Pablo Pastor.

Las actuaciones de mejora del templo se han centrado en la reparación de suelos, ya que las baldosas se encontraban desprendidas en algunas zonas, en otras, presentaban lesiones que las hacía irrecuperables; y en revestimientos, ya que los paramentos de muros y pilastras del templo, se encontraban revestidos con de cal terminado liso y con molduras realizadas mediante terrajas y moldes, terminado con pintura a la cal y dorado con pan de oro.

También algunas de las pilastras de los muros evangelio presentaban lesiones por humedad, llegando algunas zonas a contener una humedad relativa en el revestimiento del 90 por ciento.

Otras acciones han tenido lugar en las bóvedas. Así, la bóveda que cubre el templo presentaba algunas fisuras, polvo y suciedad acumulada a lo largo del transcurso de los años. Asimismo, se han limpiado las decoraciones realizadas en yeso, madera (molduras) y estuco de yeso (dos tondos) y sobredorada con pan de oro.

En cuanto a carpintería y cerrajería han precisado que la carpintería de madera necesitaba ser reparada y proceder al ajuste de sus herrajes al encontrarse recubierta, en su mayoría, con pintura al esmalte y presentaban mermas y roturas, desajustes y ataques de insectos xilófagos de las distintas dependencias del templo.

De igual modo, sobre la instalación de electricidad e iluminación, han detallado que el templo disponía de una instalación eléctrica que por su antigüedad se encontraba muy deteriorada con sistemas de instalación y materiales muy diversos y que no disponían de la capacidad suficiente para alimentar a los receptores que se emplean hoy día.

Por otra parte, al ser una instalación conformada por equipos de iluminación de gran antigüedad y de tecnología obsoleta, la instalación eléctrica suponía un gran consumo, resultando poco eficiente energéticamente.

Con el fin de mejorar los índices lumínicos de la Iglesia, así como para disminuir el consumo eléctrico, se ha optado por sustituir el sistema de iluminación actual por un sistema mediante LED, combinando el aprovechamiento de la luz natural con el encendido de la iglesia por zonas para ajustarla la iluminación necesaria en cada momento y destacando las zonas significativas mediante la proyección de haces de luz concentrados.

También el edificio carecía de agua y saneamiento, no cumpliendo las medidas mínimas de higiene y confort, para el uso, limpieza y mantenimiento de este. Se ha dotado de un aseo completo con lavabo e inodoro, en el cuarto que existe bajo la escalera de acceso al camarín junto a la sacristía.

Este templo de la Aurora y Divina Providencia, construido a finales del siglo XVIII, perteneció al convento de las monjas dominicas. El cenobio cerró sus puertas en 2006 por la falta de vocaciones, y en 2012 fue segregada la iglesia y pasó a manos del Obispado, que la cedió a la Cofradía de Viñeros en 2013 con el nombre de iglesia de Santa Catalina.