Los periodos preelectorales no son buenas fechas para llevar a cabo reducciones de servicios públicos. Así lo ha entendido el Departamento de Sanidad del Gobierno vasco, que ha decidido por el momento paralizar su decisión de cerrar los sábados la mitad de los ambulatorios.

Después de defender que esta reducción facilitaría un mejor servicio, Sanidad se ha visto obligada a rectificar ante las críticas generalizadas.

La idea primera, anunciada a principios de año, entre las duras críticas del sindicato ELA, consistía en cerrar 47 de los 104 ambulatorios que abren los sábados.

Uno de los más beligerantes contra esta medida ha sido el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna. A pesar de que Sanidad está dirigida por el PNV, el primer edil de la capital vizcaína, del mismo partido y anterior consejero de Sanidad, no dudó en anunciar que si los cierres se llevaban a cabo se colapsarían las Urgencias, especialmente en el hospital de Basurto. Así, pidió a la consejería de Sanidad que reflexionara y valorase la posibilidad de modificar su decisión.

En un principio, la respuesta de Sanidad no fue nada amistosa. Aseguró que el alcalde no tenía la suficiente información, y que no se trataba de cerrar ambulatorios, sino de proceder a una reestructuración que conllevaría una mejor atención.

Ayer, sin embargo, fuentes de la consejería aseguraron a 20minutos que el plan no llegó a estar concretado, y que permanece a estudio «en un foro de debate con diferentes profesionales sanitarios» y no hay fecha para su puesta en marcha. Así que, por el momento, todos los ambulatorios siguen abiertos los sábados. En Bilbao son 20, y sólo iban a permanecer seis abiertos; en Uribe Costa iban a quedar 6 de guardia, de un total de 8; y en la Margen Izquierda, ocho de 11.

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