Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor y, teniendo en cuenta el año tan particular que está siendo 2020, hasta el mundo de la moda ha tirado de nostalgia para rescatar tendencias con las que despertar el espíritu adolescente de hace dos décadas. El ‘Efecto 2000’ se adueñó de las pasarelas en la presentación de las colecciones de este otoño/invierno y las marcas han seguido la propuesta con looks muy coloristas, desenfadados y llenos de optimismo, para entrar en el nuevo año tan cargados de energía y buen rollo como lo hicimos en el nuevo siglo. Al menos, estilísticamente hablando.

Espíritu ‘teenager’

Si hay una prenda que define por excelencia el invierno es el abrigo, así que si quieres invertir en una prenda especial, hay que hacerlo en esta. En los próximos meses, los 'furry' van a convertirse en el acompañante perfecto. Borreguillo, ante y piel vuelta reinventados para recordar las salidas del instituto, aunque con mucho más estilo que en aquellos años adolescentes.

Y aunque parecía que el vaquero 'skinny' nunca iba a morir, los jeans de campana, estilo 'boyfriend' y 'momfit' llevan tiempo inundado pasarelas y tiendas. Ahora traen una particular interpretación del 'patchwork' –técnica con la que se realiza una prenda a partir de trozos de tela de otras–, tendencia que también ha llegado a cazadoras, vestidos e incluso cárdigans y jerséis de punto de lo más arriesgados.

Sobre complementos, el charol o el cuero brillante reinan en cuanto a materiales, en todos los colores posibles y con una apuesta en el calzado por el siempre controvertido color blanco. Las botas de caña alta, desde media pantorrilla a las que llegan por encima de las rodillas, se convierten en el accesorio perfecto para la última de las prendas fetiche de la temporada: el vestido con estampado Cachemira o Paisley –combinación de figuras y motivos místicos– que, ya sea en corte midi o mini, vuelve para solucionar los looks de este invierno tan tranquilo –en lo que a eventos sociales se refiere– que nos queda por delante.